Desde una perspectiva conceptual, la responsabilidad social encuentra a uno de sus pilares fundamentales en los procesos de rendición de cuentas que transforman en verbo los planteamientos expresados por el principio de transparencia, que entre otras cuestiones exige a las organizaciones proporcionar información clara, precisa y fidedigna respecto de las acciones que emprende y acerca de la utilización de los recursos económicos que le son proporcionados.
Por otro lado, las universidades se han caracterizado históricamente por identificar a la autonomía como uno de los ejes centrales de su funcionamiento, abogando por que las instituciones externas no intervengan en el accionar y las decisiones que las instituciones de educación superior desarrollan en el marco de su misión institucional.
En ese escenario, de acuerdo con un artículo publicado por el diario El País en su edición online de hoy, señala que el Ministerio de Educación de España pretende vincular el acceso a mayores niveles de financiamiento público de las universidades con la implementación de mecanismos de rendición de cuentas que proporcionen mayor información y transparencia acerca de las acciones y resultados que obtienen dichas instituciones.
De esta manera, aparecen en el horizonte de esta discusión los indicadores que debieran ser considerados, para que las universidades proporcionen información acerca de su quehacer, por lo que de acuerdo con el artículo de El País se identifican entre otros aspectos, cuestiones tales como tiempo promedio para finalizar la carrera, tasa de abandono de la carrera en los primeros años, porcentaje de alumnos que eligen una carrera como primera opción y la tasa de inserción laboral de los titulados, señalándose a su vez que la propuesta del Ministerio sería que cada uno o dos años las universidades transparenten sus resultados y la rentabilidad del gasto público que realiza ante la sociedad en general y frente a sus partes interesadas en particular.
Aun cuando los indicadores señalados van en la línea correcta, especialmente aquellos que demuestran la verdadera asunción de un comportamiento socialmente responsable de las universidades frente al éxito en la inserción laboral de sus egresados, son muchos otros aspectos los que describirán los impactos sociales, económicos, medioambientales y culturales del quehacer de las universidades en sus funciones de docencia, investigación, extensión y gestión.
En este esquema, a continuación algunas ideas respecto de indicadores del comportamiento socialmente responsable de las universidades:
- Número de procedimientos institucionales que contemplen la participación de los stakeholders en su evaluación.
- Tasa de titulaciones con acreditación de calidad.
- Tasa de titulados trabajando al cabo de seis meses, un año, dos años.
- % presupuestos destinados a la formación de jóvenes investigadores.
- Cupos especiales para alumnos discapacitados, tercera edad.
- Kilowatts generados mensualmente con paneles solares.
- % gasto en consumo en agua potable respecto del total de gastos.
- Kilos de basura reciclada mensualmente por Facultad.
- Nº de organizaciones sociales apoyadas anualmente con asistencia técnica o transferencia tecnológica.
Evidentemente, estos son sólo algunos ejemplos y posibles ideas respecto de los ámbitos y aspectos a considerar, debido a que hablar de indicadores y la cuantificación del quehacer de las universidades para elaborar un sistema eficiente de rendición de cuentas, es una tarea ardua y compleja, pero que puede ser determinante para la adecuada implementación de un modelo de responsabilidad social en las universidades.
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