martes, 29 de diciembre de 2009

Aspectos relevantes para investigar la responsabilidad social.

Luego de varios meses de trabajo, revisión de varias decenas de libros, revistas, comunicaciones a Congresos y asistencia a seminarios, puedo identificar algunos elementos que considero relevantes para investigar los aspectos relacionados con el concepto de responsabilidad social.
En primer lugar, debido a la influencia de diversas corrientes de carácter económico, político, social o filosófico (Freeman, 1984; Carroll, 1999; Melé, 2007) que han marcado el análisis de este concepto a lo largo de su historia, hacen más complejo determinar el origen exacto del mismo.
Actualmente, encontramos diversas interpretaciones de este concepto, siendo a nuestro juicio las más acertadas aquellas que lo relacionan con el estudio de la relación de la organización y la sociedad, tal y como plantea Lozano (1999:95) quién señala que se relaciona con “la necesidad de pensar de manera adecuada las relaciones entre empresa y sociedad, y la legitimación social de la empresa”, lo que se encontraría relacionado con el análisis y estudio del significado de la actividad empresarial respecto de la calidad de vida de los individuos que se relacionan con ella.
Sin embargo, una de las problemáticas habituales a las que se debe hacer frente al analizar el concepto de responsabilidad social es la multiplicidad de definiciones e interpretaciones existentes relacionadas con dicho término (Shocker & Sethi, 1973; Sethi, 1975; Carroll, 1979; Lozano, 1999; Marrewijk, 2003; Dahlsrud, 2008; Lozano, 2009; Valor & Hurtado, 2009).
Basándonos en la investigación de Dahlsrud (2008) quien compara 37 definiciones de responsabilidad social corporativa, respecto de cinco dimensiones específicas de análisis (stakeholders, social, medioambiental, económica y voluntaria), concluye que la mayoría de las definiciones existentes son congruentes en un alto grado, pero que el problema que enfrentan dichos enunciados, se relaciona con las formas en las cuales este concepto es construido socialmente en contextos específicos, lo que se traduce en que las personas se refieren al concepto de responsabilidad social de manera diferente, para evitar compromisos productivos en su sector respectivo.
Además, muchos términos son utilizados como sinónimos que apuntan al análisis de aspectos propios de la relación entre la sociedad y los negocios, entre los que aparecen la responsabilidad social corporativa, la capacidad de respuesta social de los negocios, el rendimiento social de la empresas, la ética empresarial y de los negocios (Jones, 1996; Wartick, 2002; Sison, 2008), terminología que finalmente apunta al análisis de la reputación corporativa relativa a aspectos tales como la identidad, la imagen, el prestigio, la buena voluntad entre otros.
Esta situación en muchas ocasiones es aprovechada por los críticos de la responsabilidad social, para señalar que se trata de un concepto ambiguo, sin nociones claras de cómo incorporarlo a la gestión organizacional y fundamentalmente, asociándolo con una moda de carácter pasajera, que no tiene mayor relevancia e impacto en el quehacer corporativo.
Sin embargo, la discusión conceptual acerca de la responsabilidad social y su nomenclatura aun no está finalizada, ya que en ocasiones se acompaña del adjetivo “empresarial”, “corporativo”, u “organizacional”, para señalar el tipo de organización y sector en el que se aplica, resultando conveniente parafrasear a Lozano et al (2007:43) quienes señalan al respecto que “en cierta medida es estéril, y que por ello quizá sería mejor avanzar planteando cuestiones más concretas”, para señalar el camino por donde debieran transitar las investigaciones y discusiones acerca del concepto de responsabilidad social.
De acuerdo con Morrós & Vidal (2005:26) el debate acerca de la nomenclatura relacionada con la responsabilidad social aun se encuentra muy vigente, señalando que “los comportamientos responsables deben ser desarrollados tanto por cada uno de los ciudadanos como por cada una de las organizaciones que actúan, independientemente de la fórmula jurídica […] la palabra empresa pertenece más a la cultura latina y la palabra corporación a la tradición anglosajona”, para referirse a la discusión respecto de la responsabilidad social empresarial o corporativa.
Otra de las cuestiones que comúnmente suele “enturbiar” el análisis del concepto de responsabilidad social, es la mirada filantrópica que en ocasiones le afecta, tanto por su uso homólogo como por encontrarse habitualmente asociada con los orígenes del concepto, pero que actualmente no debe ni puede ser entendida ni traducida en acciones caritativas o filantrópicas (Lozano, 1999; Torres, 2006; Setó, 2007) sino que debe ser expresada como una nueva actitud de las organizaciones hacia el entorno social, sus necesidades, objetivos y problemáticas.
En relación con el aspecto filantrópico, Peloza & Falkenberg (2009) en su investigación acerca del papel de la colaboración en el logro de los objetivos de responsabilidad social corporativa, específicamente de la eficacia de las colaboraciones filantrópicas entre la empresa y las ONGs, concluyen que las posibilidades de disfrutar mayores beneficios por parte de los donantes es mayor, si las acciones filantrópicas se orientan más a la transferencia de conocimientos especializados, acceso a conocimientos estratégicos y recursos en especie, que si sólo se buscan resultados de carácter asistencial para los beneficiarios.
Finalmente, según Valor & Rúa (2007:165) los ejes alrededor de los cuales debe girar la nueva actitud de la organización hacia su entorno social, relacionada con la responsabilidad social son fundamentalmente tres: (1) facilitar la participación de los ciudadanos en la toma de decisiones organizacionales que los afectan; (2) detección y satisfacción de aquellas preocupaciones sociales relacionadas con la actividad de la organización; y (3) recabar la evaluación de las partes interesadas respecto del desempeño organizacional en las distintas dimensiones de la responsabilidad social, como parte de su rendición de cuentas.
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jueves, 24 de diciembre de 2009

Crisis del sistema universitario español: Bienvenidos a Bolonia.

Hace un mes atrás, comentaba la noticia publicada por el Diario El País acerca de los problemas de la Universidad de Alicante, relacionados con el no pago de los complementos e incentivos a su personal, producto del incumplimiento en la transferencia de recursos por parte de la Generalitat, planteando este caso como la "punta del iceberg" de la crisis del sistema universitario español.
Pues bien, hace unos días, nuevamente el diario El País publicaba un artículo sobre los problemas financieros que afectan a las Universidades Gallegas, una vez más como resultado del incumplimiento por parte del Gobierno Regional, en este caso de la Xunta. Un análisis similar realiza la prensa gallega, respecto de los problemas financieros que afectan a sus universidades, así como de las importantes consecuencias que esto puede generar.
Estos artículos de la prensa muestran un nuevo eslabón de los importantísimos problemas financieros que las universidades españolas están sufriendo actualmente, hasta ahora en silencio, pero que poco a poco comienzan a florecer y que dejan en evidencia no sólo los devastadores efectos que la crisis financiera está dejando en los Gobiernos Regionales de las diferentes Comunidades Autónomas en España, sino que además su extensión en efecto dominó hacia las universidades dependientes de dichas instancias regionales.
En el caso de las universidades de Santiago, A Coruña y Vigo, los problemas se deben fundamentalmente al drástico recorte de la aportación de la Xunta a los presupuestos de estas universidades, lo que ha conllevado a que dichas instituciones deban congelar sus presupuestos, reducir inversiones en infraestructura y equipamiento, e incluso debiendo utilizar recursos propios para "tapar los orificios" provocados por el recorte antes mencionado.
Sin embargo, la falta de financiación, considerada como insostenible por las universidades gallegas, no es justificada integramente por los Rectores de estas instituciones como un efecto propio y exclusivo de la crisis financiera, sino que en gran medida se debe a que la Xunta no ha cumplido con los compromisos adquiridos presupuestados antes de la crisis, lo que pronostica un escenario de negociación bastante complejo el próximo año, cuando se deba estructurar el nuevo plan de financiación del Sistema Universitario de Galicia (SUG).
La situación de las universidades gallegas, sumado a los problemas de la Universidad de Alicante antes reseñados y a los importantes recortes presupuestarios a la I+D española relacionados con el ya célebre "tijeretazo", no se muestran como el mejor de los escenarios para dar inicio a la entrada en vigencia del Plan Bolonia en España a partir del año 2010 a la vuelta de la esquina.
Para ahondar más respecto de la financiación universitaria en el Estado español, les sugiero revisar el siguiente artículo que analiza la distribución de los ingresos de las universidades en España desde la perspectiva de la descentralización política.
Lo anterior, debido a que la mayoría de los especialistas y responsables de la construcción del Espacio Europeo de Educación Superior, han señalado que es necesario aumentar el nivel de recursos financieros a las universidades, para afrontar este importante proceso de cambio, algo que parece que nadie le ha informado ni a los Gobiernos Regionales de las Comunidades Autónomas, ni al actual Gobierno de Rodríguez Zapatero.
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sábado, 19 de diciembre de 2009

Ética Empresarial y Buen Gobierno.



El miércoles recién pasado tuve la oportunidad de asistir a la Jornada titulada "Ética Empresarial y Buen Gobierno", organizado por el Colegio Mayor Peñafiel en Valladolid y una serie de otras entidades tales como Caja Burgos o el Foro de Empresarios de Valladolid.
El atractivo principal de la Jornada era la Conferencia del profesor Antonio Argandoña del IESE, quien nos habló de la "Crisis Financiera y la Ética Empresarial, analizando como aspecto central de su conferencia a los vaivenes de la confianza de los individuos, excesiva y descontrolada antes de las crisis, y a niveles mínimos en la actualidad, especialmente desde y en la banca.
De acuerdo con Argandoña, la ética podría haber sido un buen factor importante para impedir algunos actos irresponsbles de las personas, especialmente de los gerentes y hombres de negocios, ayudándoles a ser prudentes, conocer las necesidades de sus stakeholders, escuchar a los demás, admitir errores, confiar para generar confianza, no precipitarse en la toma de decisiones, en conclusión como dice Argandoña en su exposición: "a ser un buen directivo".
Evidentemente nada de eso ocurrió y hoy vemos como estamos sumergidos en una de las peores crisis financieras y económicas de la historia, por la falta de ética, exceso de confianza y ambición extrema de las personas, como los más claros ejemplos del individualismo que caracteriza nuestra sociedad en la actualidad: líquida, postmoderna y un tanto estúpida, parafraseando una de las afirmaciones de Argandoña respecto de la crisis de dirección que originaron el desplome del sistema financiero mundial.
En general, los planteamientos de Argandoña son correctos teóricamente, pero difíciles de transformar en resultados concretos en la actualidad, debido a que como el mismo nos planteaba en su intervención "la ética tiene un fuerte componente endógeno", es la propia persona la que debe construir su ética, seleccionar sus valores, y no se obtiene nada en concreto con imponer exógenamente, desde fuera, una ética a las personas mediante códigos, decálogos y demás herramientas, puesto que probablemente las personas no se sienten ni identificados ni comprometidos con dichas declaraciones y valores impuestos por la Dirección.
Luego de la intervención del profesor del IESE y la habitual ronda de preguntas, se desarrollo una mesa redonda integrada por tres ponentes: el profesor Valentín Azofra de la Universidad de Valladolid, quién además es el fundador del Grupo de Investigación GR-144, uno de los organizadores de la Jornada; la Directora de RSC de Caja Burgos Elsa Martínez Caballero; y finalmente José Félix González, Responsable de RSE de Iberdróla.
El profesor Azofra nos presentó una ponencia de tipo conceptual y fuertemente crítica con la aplicabilidad de la responsabilidad social a las empresas, y especialmente al Gobierno Corporativo, señalando abiertamente que se trata del enésimo intento por democratizar el sistema interno de la toma de decisiones de las empresas, realizando además una defensa extrema del modelo económico neoliberal, algo que para quienes estudiamos a la responsabilidad social inmediatamente nos trae a la palestra los planteamientos de Milton Friedman (1970), uno de los padres del neoliberalismo, quién señala que la única responsabilidad social de los gerentes es obtener el máximo nivel de utilidades para los accionistas.
De esta manera, el catedrático de la UVa se declara abiertamente en contra del tránsito del gobierno corporativo de tipo accionarial hacia uno del tipo stakeholders, así como respecto de otros elementos tradicionalmente carácterísticos del enfoque de responsabilidad social como el triple bottom line, y en general respecto del concepto de partes interesadas, el cual considera ambiguo e inexacto debido a que no se tiene claro hasta donde debiera una empresa extender su preocupación por los intereses de estos grupos, señalando con gran ironía que podría extenderse hasta el más escondido de los microorganismos que habitan el fondo marino.
Resulta evidente que en general no compartimos los planteamientos del profesor Azofra, sin embargo siempre resulta interesante escuchar este tipo de posturas más ortodoxas y críticas respecto del concepto del responsabilidad social, acerca de las cuales si compartimos una crítica de fondo que tiene relación con la aun imprecisa e incierta definición de algunos aspectos clave de la responsabilidad social, que en alguna medida ponen en tela de juicio su aplicabilidad a las organizaciones en general.
Luego se desarrollaron las intervenciones de la Directora de RSC de Caja Burgos, quien nos presentó algunas interesantes reflexiones personales acerca del concepto de responsabilidad social, especialmente desde la perspectiva del concepto de stakeholders, al cual entiende como las partes interesadas que poseen una condición dicotómica: (1) cómo afectan los intereses de la organización; y (2) cómo son afectados sus intereses y necesidades producto del quehacer de la organización.
Finalmente, el Responsable de RSE de Iberdróla destacó como idea principal de su presentación el hecho de que el Balance de la aplicación de la Responsabilidad Social en España en la última década nos deja como conclusión que se han alcanzado mayores niveles de rentabilidad mediática, pero un bajo desarrollo de los aspectos relacionados con la gestión de la responsabilidad social.
Además, González nos señala como los principales éxitos de este período de aplicación de la RSC en el país a la difusión generalizada ante los actores sociales, y la aparición de un nuevo paradigma empresarial; y entre los fracasos: la gran cantidad de definiciones, conceptos y enfoques (14 según el ponente) y el desarrollo sólo de estrategias de RSC reactivas en lugar de estrategias de carácter proactivas que intenten anticipar ciertos efectos del accionar de las organizaciones.
De esta manera, siempre resulta interesante tener la posibilidad de asistir a este tipo de actividades académicas, por lo que damos nuestro en hora buena a todos los organizadores, deseando que se pueda continuar con la realización de este tipo de encuentros a futuro.
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jueves, 10 de diciembre de 2009

Los postmodernos premios Nobel.



La vida de los científicos gira entorno a una serie de rituales, hábitos y costumbres que van configurando una serie de elementos culturales, que parafraseando a Pierre Bourdieu van constituyendo ese "Homo Academicus" tan especial y muchas veces incomprendido personificado en la figura de los investigadores, que cuentan entre uno de esos rituales más preciados la búsqueda del reconocimiento público por parte de la comunidad científica con la cual se relacionan en su respectivo campo.
En esa perspectiva, Hoy se ha celebrado la máxima expresión de esos rituales y seguramente la aspiración de millones de científicos, que desean trascender por medio de sus investigaciones, más allá de la publicación en la Revista de Corriente principal de moda, o el cada vez menos relevante reconocimiento del impacto social de sus investigaciones en la solución de algún problema importante de la humanidad, me refiero a la entrega de los Premios Nobel.
De acuerdo a lo que informan El País y el ABC, los premios de este año han sucumbido plenamente a las tendencias postmodernas más actuales, incorporando un implícito criterio de paridad de género con un histórico 40% de los premios otorgados para mujeres, con el premio Nobel de la paz entregado al hombre más popular del planeta, el primer Presidente afroamericano de los EE.UU. Barak Obama, quien ha sido galardonado como Premio Nobel de la Paz 2009, por enviar hace tan sólo unos días a 30 mil soldados más hasta Afganistán para imponer la paz a punta de pistolas, y justificando con diversos argumentos lo pacífico de su decisión, o con el Presidente de la Fundación Nobel pidiendo a los científicos "una aplicación responsable" de sus descubrimientos científicos.
La petición anterior, cuanto menos debiera implicar el término de esta rancia tradición, si tomamos en cuenta que Alfred Nobel inventó la dinámica, aunque si seguimos la justificaciones de Obama para enviar miles de nuevos soldados al frente de batalla, tan sólo semanas después de recibir el Nobel de la paz, algo me dice que todo quedará en un mar de palabras como siempre.
Para finalizar esta entrada, una reflexión con referencia a uno de los planteamientos de Robert K. Merton acerca de la sociología de la ciencia, respecto del cual estos últimos días he tenido oportunidad de analizar, donde este autor describe las relaciones recíprocas entre la actividad científica y la sociedad, destacando que paulatinamente se ha acrecentado la hostilidad de la sociedad hacia la ciencia por dos grandes circunstancias: (1) los resultados de la ciencia son contrarios a la satisfacción de valores culturales importantes de la sociedad; y (2) el sentimiento de incompatibilidad entre los conceptos encarnados en la actitud científica y los que se encuentran en otras instituciones sociales.
Estos planteamientos incluso llevan a Merton a plantear la existencia de un “anti-intelectualismo” creciente, y tengo la impresión de que los hechos acontencidos en la entrega de los premios Nobel de esta tarde han contribuido con su granito de arena al crecimiento de este antagonismo social hacia la ciencia.
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jueves, 3 de diciembre de 2009

Universidades virtuales y postmodernidad académica.

Internet ha estado en el ojo del huracán esta semana en España, ayer se difundía por la red un Manifiesto para defender los derechos fundamentales de los usuarios frente al proyecto de ley de economía sostenible de Zapatero, que entre otras cuestiones plantea limitar las descargas de la red para defender los derechos de propiedad intelectual. En general, esto es una muestra más de que las actuales y más importantes instituciones sociales como el Estado, no se están adaptando adecuadamente a las demandas y necesidades de la sociedad actual, que no es ni remotamente la misma que hace un par de décadas atrás, y como dice algún genio genial por allí: "sociedad del siglo XXI, Instituciones Sociales del siglo XIX.
Y tratándose de cambios sociales de envergadura, existen cuestiones que parecen inevitables por más que se les posterguen, sobretodo si se trata de los efectos de la postmodernidad en la sociedad, o si se prefiere en la sociedad postindustrial. Uno de esos efectos tiene relación con el uso intensivo de la Internet y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTIC) en la mayoría de las actividades humanas, entre ellas la formación universitaria y técnico-profesional.
Las Universidades virtuales, aquellas que sustentan sus procesos de enseñanza-aprendizaje fundamentalmente en las metodologías del e-learning no son mayoritarias a nivel mundial, como señala hoy el diario El País, sin embargo es posible afirmar que se trata de un fenómeno creciente y que se masifica a nivel mundial en todas las Regiones, como lo plantea este informe de la situación en América Latina.
Bajo esta modalidad, millones de personas pueden acceder a la formación profesional desde cualquier punto del planeta, siendo especialmente importante para las empresas que pueden capacitar y perfeccionar a sus trabajadores en sus puestos de trabajos, sin tener que abandonar físicamente su lugar de trabajo.
El debate se abre respecto de cuales son las áreas profesionales que pueden ser virtualizadas en cuanto a sus procesos de formación, siendo complejo imaginarse como se podrá enseñar a un odontólogo a extraer la muela del juicio por Internet, por muy bueno y didáctico que sea el video que hayan colgado en el portal de la universidad virtual. Surgen así nuevamente los efectos de la guerra de las ciencias de las que hemos hablado en otras entradas, expresada en el desarrollo de ciertos sectores o nichos en los cuales probablemente se abusará de la utilización de estas modalidades de formación virtual como puede ser el caso de las ciencias sociales y humanidades.
Inmediatamente afloran los cuestinamientos respecto de la importancia de formar a los profesores por ejemplo mediante un proceso a distancia o e-learning al 100%, situaciones que actualmente se dan en algunos países como Chile por ejemplo, donde existen universidades que en cuatro años y a través de Internet están formando docentes sin mayores inconvenientes, pero en donde se abren muchísimas dudas respecto de la calidad que puedan aportar estos "profesionales" a la formación de los niños.
Resulta evidente que el tránsito de las universidades hacia el e-learning es inevitable, como también probablemente lo sea respecto de la masificación de las universidades virtuales, y si bien es cierto el uso de las TIC y la Internet es un acierto y un gran apoyo a la formación de los profesionales, otra cosa muy distinta resulta al plantear que dicha formación sea 100% virtual, como pareciera ser comienza a plantearse como tendencia.


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miércoles, 2 de diciembre de 2009

¿y qué tiene de malo el Plan Bolonia?


Aunque pueda sonar irónica, la pregunta perfectamente puede ser planteada al revés intentando descifrar si el proceso de convergencia de los sistemas universitarios europeos asociado al ya mítico Plan Bolonia pudiera tener aspectos positivos, lo que a juicio de los estudiantes alemanes no pareciera tener muchas cosas positivas asociadas, debido a que actualmente se encuentran movilizados en protesta contra este proceso según informa el diario El País.
A decir verdad, y ya con un año en España en el cuerpo, aun no me queda absolutamente claro si lo que pretende el mencionado plan sea bueno o malo, y como todo en Europa ya ha sido "cocinado" por la clase política gobernante hace un buen rato y "protestas más, protestas menos" de los estudiantes y probablemente uno que otro profe, el cambio se está haciendo efectivo y tiene como fecha clave el año 2010 donde la cosa ya debiera marchar sobre ruedas, algo que al parecer los estudiantes alemanes no tienen muy en cuenta por lo que se ve. De todas maneras universia pone a disposición información básica y aquí un sitio informativo del Ministerio de Educación.
En general, los propósitos de fondo de este Plan son favorecer la movilidad de los estudiantes entre las universidades europeas, así como un aprovechamiento más adecuado de los puestos de trabajo ofrecidos por el mercado laboral europeo. Eso sí tiene asociadas unas cuantas siglas a las que hay que acostumbrarse como EEES (Espacio Europeo de Educación Superior), ECTS relacionado con el sistema de créditos académicos transferibles que facilita la movilidad estudiantil, entre otras siglas que asoman en el horizonte.
Sin entrar en detalle, los títulos de grado en cuanto a su extensión de tiempo se reducen en comparación con las tradicionales licenciaturas, en algunos casos a 3 o 4 cursos según la opción que haya tomado cada país, por ejemplo España 4, Alemania 3 cursos, programas que se conectarán con un curso de master de 1 o 2 años según sea la opción tomada en el nivel previo del título de grado señalada anteriormente.
También se exige a las universidades disminuir el número de alumnos por clase, que según sea la especialidad puede ser realmente agobiante tanto para alumnos como para docentes poder realizar una clase en condiciones adecuadas por el alto número de alumnos inscritos, a lo que se suma la necesidad de reducir el número por las modificaciones didácticas que trae aparejado este cambio, con metodologías más interactivas y de trabajo de grupo, en reemplazo de la tradicional clase magistral, algo de lo que hablamos en una entrada anterior.
Los llantos y la pataletas estudiantiles al parecer se relacionan especialmente con el costo que tendrían los másters, al parecer algo elevados, pero que seguramente tendrán asociados una serie de ayudas para amortizar un poco su costo. En Alemania, según el artículo del mentado diario los estudiantes acusan de que esto se traducirá en la formación de elites, porque sólo los estudiantes que posean los recursos económicos podrán acceder a este nivel académico.
Visto así, el saldo pareciera ser positivo a favor de la iniciativa, sin negar que existirán otros trasfondos y desarrollos del mismo aun por verse que pueden cambiar la balanza de signo, pero y aunque seguramente no estaba previsto así en la mente de ninguno de los padres de este plan, el nombre del mismo pareciera incitar a los estudiantes a movilizarse, dado que la Universidad de Bolonia, una de las más antiguas del mundo, originalmente fue fundada y dirigida por los estudiantes durante la Edad Media, y siempre se contrapuso al otro modelo de universidad dominante de la época: el parisino que reunía a maestros y estudiantes, pero ya les contaré algo de eso en otra entrada.
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