Actutalmente, las universidades no sólo deben desarrollar esfuerzos relacionados con la docencia, la investigación y la extensión universitaria, sino que además deben procurar generar impactos positivos en el desarrollo económico y social de las zonas geográficas donde se encuentran insertan, surgiendo como un eje de estudio importante los aspectos relacionados con
la educación para el desarrollo y la universidad.
En ese escenario de cambios sociales, de acuerdo con
Alejandra Boni (2006:101) el desarrollo de nuevos modelos de universidades mejor sensibilizadas con las necesidades de la sociedad, debiera expresarse en la existencia y desarrollo de instituciones de educación superior “
orientadas al desarrollo humano no tiene porque ser reproductora sino transformadora, entendiendo por transformación el impulso de cambios sustanciales en las instituciones sociales, en la política y en la economía, con importantes implicaciones para las relaciones entre grupos sociales y clases, y para la manera de crear riqueza, estatus y poder”.
Entre las características de una universidad transformadora que esta autora señala se encuentran:
• Bien público: relacionado con la existencia de niveles suficientes de financiación pública que garanticen que la educación superior y la investigación sean accesibles para todas las personas, y no sólo para quienes puede pagar el costo de los estudios universitarios. En ningún caso significa renunciar a los recursos privados.
• Universal: realizar todos los esfuerzos posibles para eliminar los impedimentos sociales, económicos y culturales para el acceso a la universidad que puedan tener los grupos más desfavorecidos, intentando llegar al mayor número de personas posibles.
• Autónoma: Respecto de los poderes públicos, de los intereses económicos, mediáticos, religiosos y culturales, que permitan una plena libertad para cuestionar y criticar todos aquellos aspectos que estén relacionados con el desarrollo humano y que no están correctos o funcionando adecuadamente, siempre ejerciendo dicha autonomía dentro de los márgenes de la responsabilidad social de la universidad.
• Pertinencia social: desarrollo de una orientación al largo plazo desde la perspectiva de las necesidades de la sociedad, no sólo relacionadas con aspectos inmediatos relativos a la satisfacción del mercado laboral, sino que orientados a problemas sociales complejos como la erradicación de la pobreza, el deterioro del medio ambiente o el analfabetismo por ejemplo.
• Calidad integral: relacionada con la evaluación del impacto humano de la universidad, focalizada en el impacto de la institución universitaria en la expansión de las funciones y capacidades de todos los miembros de la comunidad universitaria (alumnos, profesores y personal de administración y servicios) y las de aquellos influidos por la actividad de la universidad: empresas, tercer sector, instituciones públicas y privadas.
De acuerdo con los planteamientos de la
OCDE (2008), un aspecto clave para la adecuada contribución de las instituciones de educación superior para impactar positivamente en el desarrollo humano y social, se encuentra relacionado con sus aportaciones a la sustentabilidad con la cual dicho desarrollo debiera alcanzarse, tanto en el interior de las universidad en cada una de sus funciones principales (docencia, investigación, extensión y gestión) mediante la aplicación de una serie de buenas prácticas sustentables, así como externamente en su colaboración con las entidades locales y los gobiernos regionales y nacionales, para el desarrollo de acciones y políticas vinculadas con el desarrollo sustentable.
En complemento con lo anterior, de acuerdo con un estudio realizado por la
Global University Network for Innovation (GUNI) en el 2008, se consulto a una serie de expertos y profesionales vinculados con la educación superior acerca de las razones por las cuales las universidades deben contribuir al desarrollo humano y social, destacando dos aspectos principalmente:
• La educación superior debe formar además de buenos profesionales, personas y ciudadanos capaces de participar activamente en las diferentes esferas de la sociedad (social, económica, cultural, política, etc.)
• La educación superior tiene la obligación, como uno de sus objetivos centrales, contribuir al desarrollo humano y social, a través de la interacción pertinente y comprometida con su entorno.