Sin lugar a dudas que obtener un beca para viajar al extranjero a realizar tu doctorado, es una oportunidad que muchos persiguen durante años sin conseguir, y los que la obtienen comienzan una etapa de sus vidas que probablemente les marcará personal y profesionalmente para siempre: obtener un postgrado, conocer nuevos lugares y personas interesantes, en ocasiones aprender otro idioma o en otras simplemente romper con una vida rutinaria en tu país de origen.
Sin embargo, hace exactamente dos semanas atrás escribía acerca de las frustraciones que sentía por algunas dificultades administrativas y sistémicas que estaban afectando el desarrollo de mi doctorado, que según yo eran todo un problema sin saber que lo peor estaba por venir.
Así vistas las cosas, el viernes recién pasado se cumplían 15 meses de mi estadía en Valladolid realizando el doctorado, aunque en lo personal se descontaba un mes más para mi retorno a casa, alegría que duró lo que termina un suspiro, ya que al comenzar el día siguiente como dicen por alguna parte: "la alegría se transformó en llanto".El comenzar del día siguiente fue muy normalito hasta conectarse a Internet y comenzar a mirar los periódicos de Chile y España como cada mañana, hasta que se descarga el primer titular en el que se alcanzaba a leer los titulares de las terribles noticias de los acontecimientos sucedidos por la madrugada. Casi como por arte de magia, a los pocos segundos de haber leído la noticias y aprestarme a comentarlo a mi mujer, suena el teléfono que llamaba desde Chile para avisarnos de la tragedia y comenzaba la desesperada búsqueda de noticias de nuestros familiares en el correo, facebook o dónde fuera posible y llamando por teléfono una y otra vez hasta conseguir las tan anheladas novedades, con un gran nudo en el estómago esperando que todo este bien para quienes quedaron en casa, desesperación que aumentaba al recibir el llamado telefónico de mi primo en Madrid para preguntarme si sabía algo de la familia en Chile.
Han pasado casi 36 horas de que ocurriera un terremoto de 8,8 grados y dos pequeños tsunamis en Chile con un saldo hasta ahora de más de 700 muertos y aumentando, sumado a una gran cantidad de pérdidas humanas, daños materiales y económicos, que se extienden desde la Capital Santiago de Chile hasta la Novena Región.
Afortundamente, nuestros abuelos, padres y hermanos se encuentran bien, aun cuando algunos familiares en Concepción han sufrido importantes pérdidas materiales, sin embargo aun no sabemos nada de mis tíos y primos que viven en Cauquenes, zona muy cercana al lugar del epicentro del terremoto y sin dudas la angustia e impotencia de no saber y poder hacer nada desde aquí, hacen que la desesperación comience a ganarle la batalla a la esperanza, nuestros familiares en Chile no logran comunicarse con ellos, aun cuando las comunicaciones telefónicas y la Internet todavía no retoman la normalidad en la zona afectada, pero las imágenes de la tragedia inevitablemente hacen pensar lo peor.
Estar tan lejos de casa cuando suceden este tipo de desgracias y catástrofes naturales, que te obligan a observar con impotencia y desesperación los acontecimientos sin poder hacer nada más, muestran el lado más difícil y el peor de los escenarios para quienes, siguiendo un sueño de años deciden viajar a estudiar al extranjero, pero que en un abrir y cerrar de ojos las cosas cambian sin remedio alguno.
Estas líneas van dedicadas especialmente para mis tíos Juan y Estela, y mis primos Jorge, Pía y Paola, a quienes confiando en Dios espero se encuentren bien y podamos tener pronto noticias de ellos.
2 comentarios:
Mucha suerte, espero que todo quede en un problema de incomunicación debido a los daños en las infraestructuras.
Un abrazo
Confío en Dios que así sea, gracias.
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