La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) está preparando actualmente los estudios de viabilidad para el diseño de una evaluación de los resultados de aprendizaje de la educación superior denominado AHELO (sigla en inglés).
Se espera que el formato definitivo de la evaluación este disponible para comenzar a aplicarse a partir del 2016, de acuerdo a los resultados obtenidos en estos estudios de viabilidad, pero se considera la participación voluntaria de las instituciones de educación superior y que además esta herramienta no se desarrollará con fines comparativos.
Sin embargo, esta iniciativa pretende desarrollar estándares de medición comunes para los países asociados a este organismo, con el propósito de medir la calidad de la educación superior, tanto desde la perspectiva de los conocimientos y habilidad que los estudiantes y egresados han adquirido en su paso por la universidad.
El propósito de AHELO tampoco es transformarse en un nuevo ranking de universidades al estilo de Shanghai, Times o alguno de los diversos mecanismos que actualmente categorizan a las universidades según los más diversos indicadores, donde este nuevo sistema de evaluación propuesto por la OCDE pretende concentrar su evaluación en los aspectos propios de la enseñanza y el aprendizaje.
Asimismo, la OCDE señala que la medición de la calidad de las universidades es crucial para garantizar a los Gobiernos mayores avances científicos y sociales, especialmente porque según este organismo actualmente existen casi 17.000 instituciones de educación superior a nivel mundial, por lo que resulta determinante también para los alumnos y sus familias tener claridad y certeza respecto de la calidad de la universidad en la que se pretenden formar a nivel profesional y científico.
De esta manera, el estudio de viabilidad de AHELO se estructurá en base a 4 grandes lineamientos o factores:
(1) Habilidades genéricas: resolución de problemas, pensamiento crítico, capacidad para generar ideas nuevas, aplicación práctica de la teoría.
(2) Habilidades específicas de ingeniería y economía.
(3) Aprendizaje considerando los contextos diversos de los que provienen los estudiantes.
(4) Valor añadido proporcionado por la Educación universitaria a sus estudiantes.
De esta manera, una de las temáticas más complejas y determinantes de la sustentabilidad de la educación superior, como es la calidad de la formación profesional que reciben actualmente los millones de estudiantes a nivel mundial, se pone en la palestra a través de los esfuerzos de la OCDE por diseñar un sistema de evaluación que de garantías y objetividad a la hora de hablar de buenos o malos resultados de la formación universitaria, especialmente cuando en la actualidad se debate fuertemente acerca de la capacidad de las universidades para desarrollar las competencias necesarias en sus egresados que mejoren sus oportunidades de obtener la tan anhelada empleabilidad, y no sumarse a la tristemente célebre estadística de los cesantes o parados ilustrados.
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