domingo, 25 de julio de 2010

La responsabilidad social universitaria en materia de cooperación al desarrollo e internacionalización.

Las actividades que las universidades desarrollan en el marco de sus procesos de internacionalización se enmarcan dentro del cumplimiento de la función social que tienen encomendada (Unceta, 2007), razón por la cual existen una serie de campos de actuación que permiten concretar la proyección internacional de las universidades: programas de becas y de movilidad de alumnos y profesores, redes de investigación o de acceso a documentación, cooperación interuniversitaria o el fortalecimiento de los sistemas universitarios en los países en desarrollo, entre otros ámbitos.
En esa perspectiva, Sebástián (2000:134) señalaba que cuando la universidad participa como agente de la cooperación para el desarrollo debe existir una estrategia institucional que considera esta materia como “un espacio para expresar su responsabilidad social, proyectar y transferir las capacidades y conocimientos de la universidad y obtener diferentes tipos de retornos, incluyendo los financieros”, teniendo como principal expresión de este rol la participación en proyectos de cooperación para el desarrollo acorde con las capacidades institucionales que se posean.
A su vez, basándonos en Unceta (2001) la universidad en el contexto de la cooperación al desarrollo le caben algunas responsabilidades de importancia, tales como otorgar una mayor importancia a la investigación y el debate sobre las condiciones del desarrollo a nivel mundial, reto que según este autor debiera ser enfrentado entre otras medidas con la creación de centros o institutos de investigación especializados en la materia.
Estas responsabilidades de las universidades en materia de cooperación al desarrollo señaladas anteriormente, se conectan adecuadamente con los planteamientos que vinculan a la responsabilidad social universitaria con la contribución que estas instituciones deben realizar tanto al necesario debate para alcanzar una mejor sociedad, así como respecto de la producción de conocimiento que permita una adecuada transformación social (Chomsky, 2002; Kliksberg, 2009; UNESCO 1998 & 2009).
También, a la universidad le corresponde participar directamente como agente de cooperación, ejecutando proyectos y programas concretos para apoyar las necesidades de las personas de territorios más necesitados, partiendo por establecer procesos de cooperación con otras universidades en países menos desarrollados, que incluyan formación del profesorado, apoyo a la gestión institucional, bibliotecario entre otros aspectos.
Asimismo, la universidad debiera ser capaz de participar en programas y proyectos de cooperación junto a otros actores sociales tales como ONGs, ayuntamientos o empresas, formando consorcios compuestos por una diversidad de instituciones que aúnan esfuerzos, recursos y capacidades para el desarrollo conjunto de dichas iniciativas de cooperación al desarrollo.
De acuerdo con Arias & Molina (2008) la cooperación internacional para el desarrollo es uno de los campos que comprende la responsabilidad social de las universidades, por lo que las actividades que las instituciones de educación superior desarrollen en esta temática tienen que transformarse en un aspecto integral de su misión institucional que complemente su quehacer científico mediante el desarrollo de su función social, evitando que estas instituciones sean consideradas solamente como industrias del conocimiento o fábricas de profesionales.
De esta manera, la universidad como institución tiene una función social vinculada a la solidaridad internacional y la cooperación al desarrollo como parte de sus desafíos para contribuir a la transformación social (Unceta, 2007; Arias & Molina, 2008), por lo que la internacionalización de la universidad a través de acciones de cooperación al desarrollo le permitirá cumplir con los retos de su responsabilidad social en este ámbito, contribuyendo al establecimiento de relaciones entre personas, instituciones, regiones y países, como un claro aporte también al fortalecimiento del capital social especialmente en aquellas zonas con menor desarrollo.
Finalmente, Unceta (2007:45) identifica como uno de los ámbitos que las universidades deben considerar en sus estrategias de cooperación al desarrollo a la promoción de los valores solidarios y universalistas, tanto en su interior especialmente entre los jóvenes que forma así como hacia el resto de la sociedad, mediante la realización de una serie de acciones concretas: (1) incorporación a sus programas docentes y de investigación de las preocupaciones por la equidad, el desarrollo humano y la sostenibilidad; (2) promoción del voluntariado a través de la generación de espacios de debate y sensibilización; y (3) participación en programas y proyectos de cooperación al desarrollo.

2 comentarios:

Nuria dijo...

¡Interesante post!
Cabría añadir que las universidades españolas en su conjunto a través de la CRUE comparten un Código de Conducta en materia de Cooperación (2005)- http://www.ocud.es/sites/default/files/CODIGOCONDUCTA.pdf-, una Estrategia de Cooperación Universitaria al Desarrollo (2000)- http://www.ocud.es/sites/default/files/ESCUDE2000.pdf-, y un protocolo de actuación en situaciones de crisis humanitarias (2006)- http://www.ocud.es/sites/default/files/Protocolo%20crisis%20humanitarias2006.PDF-, entre otros.
Existe una Comisión de Cooperación, dependiente de la Comisión de Relaciones Internacionales de la CRUE, y con una herramienta útil, el Observatorio de la Cooperación Universitaria al Desarrollo (www.ocud.es)que pretende ser un nodo de la red de universidades en cooperación.
A través del OCUD se intercambian y comparten experiencias entre universidades, y se hace más visible el trabajo de las Universidades en Cooperación, sus potencialidades y recursos.

El OCUD es una fuente de información imprescindible para integrar definitivamente la CUD dentro del sistema de cooperación español.

Os animo a que visitéis esta web y a vuestra participación.

Ricardo Gaete Quezada dijo...

Muchas gracias por los aportes Nuria, efectivamente el sistema universitario español tiene delimitados muy claramente varios aspectos de la CUD, y el Observatorio es una iniciativa muy interesante.

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