Es habitual encontrarnos con oleadas mediáticas o políticas que agitan las banderas de diversos problemas o demandas sociales tales como la igualdad de oportunidades, la pobreza, la delincuencia, el enfoque de género, la diversidad, el medio ambiente, la responsabilidad social, etc., etc., a lo que podemos sumar perfectamente la participación, apellidada de diversas formas: política, social, ciudadana, y muchos más etcéteras.
La pregunta que surge inmediatamente respecto de la participación es: ¿y en qué?, la respuesta desde la perspectiva de la gestión de las organizaciones y especialmente desde la mirada de la responsabilidad social tiene que ser “en los procesos de toma de decisiones de la institución”, lo que necesariamente nos lleva al análisis de las estructuras de gobierno de cada organización.
Si enfocamos el análisis en el Gobierno Universitario, los cuestionamientos nos exigen determinar por ejemplo el momento en el que por fin participarán los estudiantes o funcionarios de las universidades en la elección de los decanos o directores de departamentos, a partir de cuando tendrán derecho a voto en el Consejo Superior o Académico, cuando se preocuparán las universidades por las molestias que los botellones de los estudiantes generan en los vecinos de sus alrededores, cuando le preguntarán a los empresarios los contenidos que debieran tener los nuevos planes de estudio en el Plan Bolonia para mejorar la inserción laboral de los egresados, y en general, cuando participarán los stakeholders en la evaluación del comportamiento socialmente responsable de las universidades.
De esta manera, una de las propuestas que pretendo analizar en relación con mi tesis doctoral, plantea que el comportamiento socialmente responsable de las instituciones de educación superior debe reflejarse en el desarrollo de un Gobierno Universitario stakeholder como uno de los indicadores relevantes de dicho comportamiento, vale decir, un gobierno corporativo con la participación de sus distintas partes interesadas en los procesos de toma de decisiones universitarias, o lo que es lo mismo, permitir que estudiantes, docentes, funcionarios, bancos, prensa, vecinos, proveedores, administraciones públicas y un largo número de otras partes interesadas participen o tomen parte en estos procesos.
A mi juicio, uno de los efectos positivos más importantes de la aplicación de un modelo de gestión y gobierno de las universidades sustentado en la responsabilidad social, quedará reflejado en una mayor capacidad de las instituciones de educación superior para responder más efectivamente a las necesidades, problemáticas y demandas que la sociedad plantea actualmente a las universidades, algo que no está actualmente garantizado en una magnitud importante, por el contrario, las universidades suelen limitar de manera excesiva la participación de sociedad en las decisiones que toma.
Lamentablemente, lo primero que surge como argumento en contra de este tipo de propuestas, dice relación con el hecho de que al aumentar el número de partícipes o puntos de vista en la toma de decisión éstas se hacen más lentas, inoportunas y costosas, por lo que vale más la pena dejar estas cosas tan importantes y complejas en manos de los dos o tres iluminados de siempre, tomando las decisiones más importantes de la institución sin incorporar la opinión de los grupos que muchas veces son los afectados por los resultados de dichas decisiones.
Claramente los prejuicios respecto de la efectividad del comportamiento socialmente responsable, expresado en la participación de los stakeholders en los procesos decisionales no es exclusividad de las universidades, ya que inclusive Milton Friedman (1970) uno de los más recalcitrantes defensores del modelo capitalista, señala que la aplicación de la responsabilidad social a las empresas era un intento de los movimientos socialistas para afectar el funcionamiento de la empresa en relación con su única responsabilidad social: aumentar las utilidades y beneficios de los accionistas.
Sin embargo, no es posible pretender en ningún tipo de organización el desarrollo de un comportamiento socialmente responsable, si las decisiones más importantes y por ende el gobierno corporativo se desarrolla solamente en función de algunas partes interesadas, fundamentalmente los que aportan financiamiento, dejando fuera del gobierno al resto de los stakeholders.
Finalmente, respondiendo a la pregunta que da el título a esta entrada, me parece que no es participativo, sin embargo existen esfuerzos interesantes, proyectos prometedores, iniciativas que pensadas en la letra pretendían abrir espacios de participación a las partes interesadas, pero que aún están en desarrollo, o en deuda, como es el caso de los Consejos Sociales de las universidades españolas, por lo que será necesario seguir avanzando en el fortalecimiento de las instancias, mecanismos o procedimientos de participación de los stakeholders en el gobierno universitario, si lo que se pretende es alcanzar un comportamiento socialmente responsable de las universidades.
La pregunta que surge inmediatamente respecto de la participación es: ¿y en qué?, la respuesta desde la perspectiva de la gestión de las organizaciones y especialmente desde la mirada de la responsabilidad social tiene que ser “en los procesos de toma de decisiones de la institución”, lo que necesariamente nos lleva al análisis de las estructuras de gobierno de cada organización.
Si enfocamos el análisis en el Gobierno Universitario, los cuestionamientos nos exigen determinar por ejemplo el momento en el que por fin participarán los estudiantes o funcionarios de las universidades en la elección de los decanos o directores de departamentos, a partir de cuando tendrán derecho a voto en el Consejo Superior o Académico, cuando se preocuparán las universidades por las molestias que los botellones de los estudiantes generan en los vecinos de sus alrededores, cuando le preguntarán a los empresarios los contenidos que debieran tener los nuevos planes de estudio en el Plan Bolonia para mejorar la inserción laboral de los egresados, y en general, cuando participarán los stakeholders en la evaluación del comportamiento socialmente responsable de las universidades.
De esta manera, una de las propuestas que pretendo analizar en relación con mi tesis doctoral, plantea que el comportamiento socialmente responsable de las instituciones de educación superior debe reflejarse en el desarrollo de un Gobierno Universitario stakeholder como uno de los indicadores relevantes de dicho comportamiento, vale decir, un gobierno corporativo con la participación de sus distintas partes interesadas en los procesos de toma de decisiones universitarias, o lo que es lo mismo, permitir que estudiantes, docentes, funcionarios, bancos, prensa, vecinos, proveedores, administraciones públicas y un largo número de otras partes interesadas participen o tomen parte en estos procesos.
A mi juicio, uno de los efectos positivos más importantes de la aplicación de un modelo de gestión y gobierno de las universidades sustentado en la responsabilidad social, quedará reflejado en una mayor capacidad de las instituciones de educación superior para responder más efectivamente a las necesidades, problemáticas y demandas que la sociedad plantea actualmente a las universidades, algo que no está actualmente garantizado en una magnitud importante, por el contrario, las universidades suelen limitar de manera excesiva la participación de sociedad en las decisiones que toma.
Lamentablemente, lo primero que surge como argumento en contra de este tipo de propuestas, dice relación con el hecho de que al aumentar el número de partícipes o puntos de vista en la toma de decisión éstas se hacen más lentas, inoportunas y costosas, por lo que vale más la pena dejar estas cosas tan importantes y complejas en manos de los dos o tres iluminados de siempre, tomando las decisiones más importantes de la institución sin incorporar la opinión de los grupos que muchas veces son los afectados por los resultados de dichas decisiones.
Claramente los prejuicios respecto de la efectividad del comportamiento socialmente responsable, expresado en la participación de los stakeholders en los procesos decisionales no es exclusividad de las universidades, ya que inclusive Milton Friedman (1970) uno de los más recalcitrantes defensores del modelo capitalista, señala que la aplicación de la responsabilidad social a las empresas era un intento de los movimientos socialistas para afectar el funcionamiento de la empresa en relación con su única responsabilidad social: aumentar las utilidades y beneficios de los accionistas.
Sin embargo, no es posible pretender en ningún tipo de organización el desarrollo de un comportamiento socialmente responsable, si las decisiones más importantes y por ende el gobierno corporativo se desarrolla solamente en función de algunas partes interesadas, fundamentalmente los que aportan financiamiento, dejando fuera del gobierno al resto de los stakeholders.
Finalmente, respondiendo a la pregunta que da el título a esta entrada, me parece que no es participativo, sin embargo existen esfuerzos interesantes, proyectos prometedores, iniciativas que pensadas en la letra pretendían abrir espacios de participación a las partes interesadas, pero que aún están en desarrollo, o en deuda, como es el caso de los Consejos Sociales de las universidades españolas, por lo que será necesario seguir avanzando en el fortalecimiento de las instancias, mecanismos o procedimientos de participación de los stakeholders en el gobierno universitario, si lo que se pretende es alcanzar un comportamiento socialmente responsable de las universidades.
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