viernes, 30 de octubre de 2009

La Guerra de las Ciencias.

Mi gran amigo Miguel me ha planteado en su comentario a mi anterior entrada este tema tan interesante de debatir en la actualidad, siendo muchas las perspectivas desde las cuales realizar su análisis.
Una de esas aristas la analizo como parte de mi trabajo para obtener el Diploma de Estudios Avanzados (DEA), donde me he propuesto examinar la relación de la Universidad con la Sociedad, desde la perspectiva de la responsabilidad social universitaria, y en esa búsqueda analizo algunos aspectos históricos de la instituciones de educación superior, que se relacionan con el origen de estas disputas científicas.
De esa manera, arribo a la universidad medieval como el origen más consensuado por los expertos en cuanto al nacimiento de las universidades y allí, dentro de muchas otras cosas extremadamente interesantes, se identifican a la medicina, el derecho, la teología y las artes como los ámbitos del desarrollo universitario predominante en aquella época, los cuales se constituían en Facultades como parte de la organización interna de las universidades en la Edad Media, existiendo además el Trivium (gramática, retórica y lógica) y el Quadrivium (aritmética, geometría, música y astronomía) como expresiones del quehacer científico en la era medieval.
A partir de allí, sin lugar a dudas que procesos de la historia de la humanidad tan importantes como la Ilustración o la Revolución Industrial han girado la rueda hacia las denominadas "Ciencias Duras" donde nos encontramos a la química, la física o la ingeniería como algunos de los ámbitos predominantes en el quehacer científico contemporáneo.
Estos cambios han derivado en esta especie de "guerra de las ciencias", que habitualmente se traduce en disputas y desacreditaciones por el acceso al financiamiento (cada vez más escaso como hemos planteado en otros entradas), utilizado para atraer mayor cantidad de estudiantes que sigan sus cursos de pre y postgrado, por la trascendencia de las publicaciones científicas, pero también en muchas ocasiones por un mal entendido prestigio o superioridad de unas ciencias sobre otras.
Las luchas de poder entre los diversos saberes científicos es descrita brillantemente a mi juicio por el sociólogo francés Pierre Bourdieu (1984) en su libro titulado "Homo Academicus", en el que analiza las relaciones humanas desarrolladas en las universidades de su país, describiendo con particular precisión las fuertes disputas que se generan entre los académicos, con el propósito de imponer una disciplina sobre las demás, para obtener mayor poder para tomar decisiones o para destacar su "prestigio intelectual".
En lo personal, pienso que uno de los aspectos más valiosos de este libro es que las descripciones de estas luchas entre los científicos, las disciplinas y Facultades reseñadas por Bourdieu, se ajustan a la mayoría de las realidades universitarias en cualquier país del mundo, demostrando que se trata de una problemática de carácter transversal.
Sin embargo, nuevas perspectivas como las propuestas por Gibbons et al (1997) denominada "el modo 2" de la producción del conocimiento, nos plantean que la investigación científica, y en general aplicable al resto del trabajo universitario, deben desarrollarse con un carácter transdisciplinario, siendo necesario que por ejemplo los integrantes de un proyecto de investigación provengan de diferentes áreas o ámbitos del quehacer científico, para que sus resultados tengan un real impacto en la solución de las problemáticas a las que se orientan, lo que demanda un punto final, tregua o cese al fuego en estas pseudo batallas científicas.
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jueves, 29 de octubre de 2009

La I+D+i en la encrucijada.

El desarrollo de la investigación científica a lo largo de la historia de la humanidad siempre ha estado vinculado con los mayores progresos y avances en diversas materias sociales, económicas, tecnológicas, etc., que en la gran mayoría de los casos han proporcionado una mejor calidad de vida a millones de personas en el mundo, y que también ha entregado a aquellos más "visionarios" la posibilidad de ganar muchísimo dinero.
Sin embargo, en la actualidad los proyectos de investigación científica demandan cuantiosas sumas de dinero para poder financiar sus actividades, comprar equipamiento, contratar personal o adquirir los insumos necesarios para concretar dichas investigaciones. Esta situación ha llevado a la Ciencia y la Tecnología a la búsqueda de diversas soluciones, que le permita a los científicos acceder a los recursos económicos necesarios que financien sus proyectos, lo que en algunos casos ha supuesto la búsqueda de patrocinio estatal o público, y en ocasiones al establecimiento de alianzas con el sector privado.
Ya nos hemos referido en entradas anteriores a los recortes presupuestarios que por ejemplo están amenazando los proyectos de investigación en España durante el 2010, lo que muestra como la relación entre la Ciencia y la Tecnología con los recursos estatales es bastante frágil, especialmente porque cuando hay que buscar donde apretar el cinturón para contener el exceso de gasto público "el hilo se corta por lo más delgado".


En el otro sector, las empresas condicionan habitualmente su apoyo a la investigación científica a la verificación de resultados inmediatos en el mejoramiento de sus procesos o productos, mediante el financiamiento de proyectos de investigación aplicada o a través de procesos de transferencia tecnológica por ejemplo, lo que les brinda la posibilidad de obtener estos resultados en el corto plazo. Otras posibilidades son la obtención de las patentes como resultado de los inventos o avances científicos, lo que les permite obtener rendimientos comerciales mediante la venta de productos o servicios derivados del trabajo de los investigadores, algo que por ejemplo las universidades están intentando con diverso grado de éxito por medio del desarrollo de los denominados "spin-off".

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/2700/cientificos/reclaman/atencion/I/D/elpepusoc/20091023elpepisoc_9/Tes

En virtud de lo anterior, parafraseando el título de un libro del sociólogo francés Pierre Bourdieu "el oficio del científico", actualmente se ha hecho cada vez más complejo pretender investigar de manera científica, algo que está adquiriendo en muchas ocasiones unos grados de dificultad altamente complejos de superar, y que ya no parece tan placentero ni gratificante desarrollar este oficio del científico, sino que más bien se ha transformado en un "vía crucis" que demanda enormes sacrificios, superación de una serie de pruebas, críticas y escaso apoyo, que están transformando cada vez más el desarrollo de la I+D+i en una especie de cruzada o apuesta personal, que difícilmente enriquece a ningún científico hoy en día, pero que además en la actualidad con tanta crisis, cuoteos y tijeretazos nadie parece tenerle mucha fé.

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domingo, 18 de octubre de 2009

Escándalo en las Becas Chile: ¿Crónica de una muerte anunciada?

La resolución de la segunda convocatoria del 2009 de las denominadas Becas Chile publicada hace tan sólo unos días, marcaría el inicio de una de las semanas más polémicas que ha vivido este sistema desde su lanzamiento, lo que ha provocado las renuncias y remoción de algunos de sus más importantes cargos directivos, así como la reaparición de viejos fantasmas que rondaron la asignación de las becas otorgadas por el Estado en el pasado.
El sistema de financiamiento público para estudios de postgrado conocido como Becas Chile fue instaurado con bombos y platillos hace un año aproximadamente, diseñado para el cumplimiento de dos grandes propósitos: el primero y más importante, destinar una histórica asignación de recursos públicos para el desarrollo de capital humano avanzado de nivel de postgrado, permitiendo que varios miles de compatriotas (30 mil en los próximos 10 años) viajen al extranjero para que puedan realizar sus estudios de magíster, doctorado y postdoctorado, así como especializaciones médicas. El segundo propósito asignado a este sistema era corregir una serie de deficiencias administrativas y denuncias de falta de transparencia y corrupción de los procesos de asignación de las becas Presidente de la República, antiguo sistema de becas. Al parecer tan sólo el primero de estos objetivos se está cumpliendo y el efecto dominó se ha hecho presa del mencionado sistema durante los últimos días.
Esta semana fue destituida la Presidenta de dicho Consorcio de Becas debido a las deficiencias en el procedimiento de asignación de los puntajes que afectó a algunos postulantes no seleccionados, aunque de acuerdo con las declaraciones de la Ministra de Educación se tradujo en que “hubo personas que obtuvieron la beca sin merecerla”, lo que sin duda acrecentó aun más el escándalo. A ello se suman las quejas de los internautas en diferentes foros respecto a que se repiten los nepotismos de las resoluciones del sistema de becas anterior, ya que en esta última convocatoria habría sido seleccionado el hijo del actual Ministro de Defensa, al igual que los de otros políticos de renombre, así como algunas denuncias de atrasos en los pagos de los diferentes beneficios otorgado en la primera convocatoria de la beca publicada a comienzos de febrero pasado, no sin polémicas ya en esa oportunidad existió un retraso de dos semanas en la publicación de los resultados respecto de la fecha anunciada originalmente, sin mayor justificación objetiva.
Los siguientes links muestran parte de la cobertura de la prensa chilena acerca de esta situación:

Además, no hay que olvidar que durante el primer semestre de este año, los becarios del antiguo sistema (Becas Presidente de la República) organizados en el extranjero presionaron mediante notas de prensa y cartas a los Embajadores y Ministro de Relaciones Exteriores para que se les igualaran los beneficios percibidos en la antigua beca al nivel de los otorgados por el nuevo sistema, haciendo valer el viejo dicho popular “guagua (bebé) que no llora no mama”.
Si bien la idea e intención original de las Becas Chile es excelente y un paso importante en el fortalecimiento de la Ciencia y la Investigación en el país, lamentablemente no han sido eliminadas de raíz algunas cuestiones que en el pasado hicieron naufragar el antiguo sistema de becas y que hoy nuevamente salen a flote, por lo que debieran implementarse medidas de corrección drásticas que eviten su pronto deceso, entre las que me parece debieran analizarse las siguientes:
1. Evitar el tráfico de influencias y el nepotismo limitando la postulación a los familiares de autoridades en actual ejercicio de sus cargos hasta el segundo grado de consanguineidad, e imposibilidad de postular a dichos familiares hasta un año después de cesado en el cargo el funcionario con el que mantienen dicho lazo de parentesco. Similar limitación debiera afectar para los familiares de dirigentes de los partidos políticos.
2. Realización de los procesos de pago de los beneficios otorgados a los becarios a través de la banca, contratando mediante una licitación pública a la entidad financiera seleccionada para dichos propósitos.
3. Publicación de los listados de postulantes seleccionados con la información completa respecto de la ponderación de cada uno de sus antecedentes de acuerdo a las bases de la convocatoria.
4. Compromiso de los becarios de doctorado de publicar un trabajo en revista de corriente principal durante la primera mitad de su beca como requisito para percibir el restante 50%.
5. Cumplimiento obligatorio para postular de alguno de los aspectos que se vinculan directamente con actividades relacionadas con la Ciencia y Tecnología: publicaciones indexadas, participación en proyectos de investigación, experiencia en docencia de pre grado o en Departamentos de I+D en empresas, inscripción de patentes, que garanticen un perfil de los postulantes más coherente con los propósitos que persigue estas becas (CyT).
6. Revisión del proceso de resolución de cada convocatoria por algún organismo independiente como por ejemplo la Comisión Nacional de Acreditación, o en su defecto la Contraloría General de la República pero actuando de forma inmediata.
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viernes, 16 de octubre de 2009

Tijeretazo a la investigación científica en España: ¿oportunidad para el emprendimiento científico?

Los últimos días en el mundo de la I+D+i española han sido de gran revuelo después del anuncio de denominado "Tijeretazo" a la investigación en el presupuesto público del 2010, lo que incluso ha generado una gran protesta en Internet a través de un movimiento bloguero, así como en Facebook y Twitter. En los siguientes links se puede conocer la cobertura periodística al fenómeno.

http://www.elpais.com/articulo/tecnologia/blogueros/espanoles/tijeretazo/investigacion/elpeputec/20091008elpeputec_7/Tes
No obstante, me parece adecuado realizar algunos matices respecto de esta "polémica", ya que si bien estamos de acuerdo en que la Ciencia y la Investigación son fundamentales para el desarrollo de cualquier país, el mencionado tijeretazo tiene ciertas connotaciones que es importante considerar.
Al parecer, los más perjudicados con el recorte presupuestario son los "Organismos Públicos de Investigación" (OPI) que son organismos de carácter público y de ámbito nacional, que no necesariamente pertenecen a las universidades, pero probablemente se nutren de sus investigadores, muchos de estos OPI funcionan en red y aglutinan a varios centros simultáneamente, como por ejemplo el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Todos estos organismos se encuentran adscritos al Ministerio de Educación y Ciencia de España.
La principal misión de los OPI es gestionar y ejecutar los programas nacionales y sectoriales que le sean asignados en el Plan Nacional de I+D+i y los derivados de los convenios firmados con las Comunidades Autónomas; contribuir a la definición, evaluación y seguimiento de los objetivos del Plan Nacional; y asesorar en materia de investigación científica e innovación tecnológica a los organismos dependientes de la AGE o de las Comunidades Autónomas que lo soliciten.

En términos generales, el recorte ascendería al 34% de los presupuestos de los OPI y un 15% en las subvenciones, lo que evidentemente generará un trastorno en el trabajo de los científicos españoles, quienes reclaman el cumplimiento del compromiso del Gobierno de Zapatero con la Ciencia y el futuro de la investigación del país.
A pesar del escenario negativo y de las airadas protestas de los más de 31.000 científicos agrupados en diversas sociedades a lo ancho del país e inclusive desde el extranjero, me parece importante considerar posibles salidas o cursos de acción a una decisión que al parecer es definitiva, y salvo gestiones de último momento no evitarán el recorte presupuestario, que además de la disminución de recursos deja en evidencia la excesiva dependencia estatal que la investigación científica tiene en España en cuanto a su financiamiento.
Entre las cuestiones que tendrán que aparecer sin duda se encuentra un mayor grado o nivel de emprendimiento científico, reflejado en la búsqueda de socios en el ámbito privado, a pesar de la crisis financiera, mediante los programas públicos existentes relativos a este aspecto, como por ejemplo a través del Programa Torres Quevedo del PN I+D+i; aumento de los spin-off de las Universidades y en general acciones tendientes a la efectiva articulación de la triple hélice de la ciencia y la tecnología (Estado, Mercado y Universidad), redoblando los esfuerzos por mejorar la interacción de estos tres actores en la I+D+i española.
Otro camino puede pasar por una mejor tasa de adjudicación de proyectos financiados por fondos provenientes de la Unión Europea, que con toda seguridad deberán desarrollarse en asociación con instituciones u organismos de otros países europeos para mejorar dichas tasas, así como para potenciar las competencias de los científicos locales en la formulación de los proyectos.
En resumen, el huracán "Tijeretazo" no tan sólo debiera ser visto como el Apocalipsis de la Ciencia, sino que también debiera reconocerse que una excesiva dependencia de los recursos estatales no debiera ser la única y tal vez siquiera principal vía de financiamiento de la investigación nacional, y por el contrario, debiera transformarse esta amenaza inminente en una oportunidad para mejorar y consolidar aquellos aspectos deficitarios no matizados adecuadamente en esta polémica y que tal vez, sólo tal vez, sean los que no permiten dar el despegue definitivo a la I+D+i de este país.
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sábado, 10 de octubre de 2009

¿Por qué no se puede aplicar la responsabilidad social a las universidades igual que en las empresas?

Durante los años que llevo investigando la temática de la responsabilidad social universitaria, me he encontrado con varios profesores universitarios y profesionales ligados al ámbito académico que alzan la voz para señalar que no es posible, o que al menos no se puede aplicar de la misma manera la responsabilidad social en las universidades como se hace en las empresas.
Los fundamentos de tales posturas son dudosos o a lo menos débiles en cuanto a los argumentos que se esgrimen para justificar dicha posición, y a modo de ejemplo, hace un par de semanas un par evaluador de un artículo que envié a una Revista para su publicación me señalaba en su dictamen: “no creo que la responsabilidad de las instituciones de educación superior puedan ni deban ser evaluadas y analizadas con criterios empresariales”, y no obstante su opinión aprobaba mi artículo para su publicación.
Surgen inmediatamente una serie de preguntas al respecto: ¿por qué no se puede analizar y evaluar la responsabilidad social de las empresas y universidades de la misma manera? ¿Es divergente la responsabilidad social de las universidades respecto de la de las empresas? ¿Cómo se debe analizar y evaluar la responsabilidad social de las universidades? A continuación, expongo algunos aspectos que considero importantes para responder a estas preguntas.

1. Identificación de las partes interesadas en el quehacer de la organización.
Partiendo de un entendimiento homogéneo de “quehacer de la organización” como la razón de ser o misión de cada institución, existirán una serie de personas o grupos que mantienen un interés o se ven afectados por las acciones y decisiones que una organización desarrolla en virtud de dicho quehacer, e incluso en ocasiones dichos actores tienen la capacidad o poder económico, político, legal o coercitivo de influir en las acciones y decisiones organizacionales.
Las empresas llevan casi un siglo aprendiendo respecto de su comportamiento socialmente responsable, en cuanto a que no pueden preocuparse solamente por los intereses de sus accionistas o dueños, las necesidades de sus clientes o las demandas de sus trabajadores únicamente, ¡hay un mundo allá afuera!, y lentamente han comenzado a entender que también importan los intereses de las entidades financieras, los sindicatos, los proveedores, distribuidores, el Estado, la prensa, el Medio Ambiente como algunos ejemplos de las partes interesadas en su quehacer.
Las Universidades, fundadas en la Edad Media, históricamente han sido influenciadas externamente por la Iglesia, la Monarquía, el Estado y actualmente el Mercado según sea la etapa de la historia, siempre con una misma constante: luchando por su autonomía, libertad académica y a la vez por su financiamiento. Sin embargo, las universidades estatales también tienen una serie de partes interesadas en su quehacer que van más allá del Estado, los profesores, funcionarios e incluso los estudiantes, donde es posible mencionar a los titulados, las empresas y ¡mire usted que curioso!, pero también están las entidades financieras, los sindicatos, los proveedores, distribuidores, la prensa, el Medio Ambiente, los partidos políticos, etc.

2. Tránsito de un modelo de gobierno corporativo accionarial hacia uno stakeholders.
Este es uno de los cambios fundamentales en el desarrollo de un comportamiento socialmente responsable de cualquier organización, sea esta una empresa, una universidad o una ONG: abrir los espacios necesarios para la participación e incorporación en el gobierno corporativo de las partes interesadas en las acciones y decisiones de la organización, que permita atender los intereses y necesidades de todas las partes de manera equilibrada.
En el caso de las empresas, la postura tradicional en este tema es reflejada por los planteamientos de Friedman (1970), en los cuales se señala que sólo importan los intereses de los accionistas para obtener la mayor cantidad de utilidades, dentro del marco legal y económico imperante; posición que debe modificarse hacia la incorporación de los intereses de otras partes, no sólo de manera decorativa sino que en el gobierno de la empresa.
Las universidades públicas o estatales pertenecen al Estado y como tal éste es dueño de las instituciones de educación superior que poseen este carácter, en la medida que el Estado no las traspase o venda a algún consorcio o grupo privado, por lo tanto bajo esa lógica las universidades deben rendir cuentas de su actuar al Estado, se encuentran regulados por códigos y leyes propias de los servicios públicos, reciben financiamiento público y muy habitualmente son ejecutores directos de las políticas públicas de educación superior. Pero como señalamos en el punto anterior, existen otros actores implicados en el quehacer de una universidad que deben incorporarse al gobierno corporativo de la misma, algo que por ejemplo en España se ha intentado solucionar con la creación de los Consejos Sociales en las Universidades, con relativo éxito en cuanto a lo que planteamos aquí.
Este es un cambio cultural no menor en las universidades, que habitualmente se escudan en la malentendida libertad académica y autonomía universitaria, para excusarse o impedir la consideración de opiniones o intereses ajenos al ámbito académico, e incluso en ocasiones la de sus propios pares.

3. Construcción conjunta entre organización y partes interesadas de una agenda de trabajo.
En dicha agenda deberán identificarse tanto los intereses, necesidades o formas en las cuales el quehacer de la organización afecta o interesa a los stakeholders, lo que deberá complementarse con la definición de compromisos y acciones concretas tendientes a posibilitar que el quehacer organizacional se correlacione positivamente con los intereses identificados.
Las empresas han aumentado profusamente en los últimos años la certificación mediante una serie de Normas de calidad de la gestión, el medio ambiente y la ética que expresan su compromiso con un actuar más responsable en dichos ámbitos, y han asumido en su funcionamiento los aspectos relativos a la rendición de cuentas dirigidas hacia la sociedad, a través de memorias de sustentabilidad elaboradas en base al triple bottom line que identifica las acciones e impactos económicos, sociales y medioambientales de su quehacer.
Las universidades han comenzado en los últimos años con importantes procesos de acreditación de la calidad tanto institucional como de sus programas, y muchas de ellas además poseen certificaciones ISO al igual que las empresas. Además, varias universidades actualmente elaboran y publican memorias de sustentabilidad.

En conclusión, las diferencias en la forma de aplicar la responsabilidad social en una empresa y una universidad parecieran desaparecer, y por el contrario, debiera primar una alta convergencia que permita identificar y comparar los aspectos comunes de dicho comportamiento, sólo restando recordar que una gran autonomía y libertad exigen una enorme y tremenda responsabilidad respecto del uso de dicha autonomía y libertad, ya que afecta los intereses y necesidades de una gran cantidad de actores. Cuando las universidades comprendan y acepten dicha situación, se darán cuenta de que la aplicación de la responsabilidad social debe ser convergente con la de las otras organizaciones.
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sábado, 3 de octubre de 2009

La investigación científica está de moda.

Diversos medios de comunicación digital tanto en Chile como en España, han publicado esta semana en sus páginas web noticias con diferentes matices acerca de la investigación que se realiza en las universidades y centros a nivel mundial.
En algunos diarios se ha dado profusa cobertura a la entrega de los premios "Anti Nobel", que reconoce aquellas investigaciones sin sentido ni utilidad práctica para la humanidad, desarrollada en la mayoría de los casos por profesores universitarios con prominentes doctorados y gastando cuantiosos recursos para analizar temas que a nadie le interesa, y que de acuerdo con la crónica de quien redactó la noticia merecen el adjetivo de investigaciones estúpidas. El ganador del premio este año: Un sujetador (sostén) que se convierte en mascarilla antigas.
No me parece que este aspecto de la noticia acerca de la investigación científica merezca ahondar en mayores comentarios por ahora. Juzgue usted mismo accediendo a las noticias a través de los siguientes link:

http://www.lun.com/Pages/NewsDetail.aspx?dt=2009-10-03&NewsID=63152&BodyID=0&PaginaId=14

http://www.abc.es/20090928/ciencia-tecnologia-biologia/estudios-cientificos-estupidos-ultimos-200909281200.html

http://www.lasegunda.com/ediciononline/internacional/detalle/index.asp?idnoticia=512175

De igual manera, en Chile esta semana algunos diarios publicaron notas referidas al ranking de universidades latinoamericanas en investigación, que en este caso muestra otro matiz respecto del trabajo de los científicos universitarios: el competitivo. En este ranking se toma en consideración fundamentalmente el número de publicaciones en Revistas ISI (Institute for Scientific Information) alcanzadas por los académicos de cada universidad para otorgar una posición de mayor o menor privilegio dentro del ranking, siendo la Universidad de Sao Paulo la primera universidad de la Región en dicha materia.
También el diario El País en España basándose en el trabajo de unos académicos de la Universidad Complutense de Madrid, publicaba hace algunos meses una nota que analizaba la realidad de las universidades españolas en materia de investigación y docencia, destacando que las universidades públicas apostaban por la investigación y las privadas por la docencia. Sin embargo, la que lideró el ranking en ambas categorías fue la Universidad de Navarra que es privada.
Respecto de la investigación universitaria, es posible identificar dos grandes tipos: Básica y aplicada, donde la primera se orienta a la resolución de problemas comunes de la sociedad en el largo plazo, y la segunda, privilegia el desarrollo de proyectos orientados a la resolución de problemas concretos de organizaciones específicas, especialmente de la industria, que en muchas ocasiones financia las investigaciones o que mediante transferencia tecnológica compra dichos servicios.
Aunque no lo parezca, sobretodo por la primera de estas noticias, son útiles para reflexionar respecto de lo que realmente sucede con la investigación científica primordialmente en las universidades, y el foco de atención que especialmente tienen las políticas que se formulan en las Instituciones de Educación Superior, que en muchas ocasiones están más preocupadas por el paper que los académicos enviarán a la Revista ISI de turno y que se transforman en el principal indicador en los rankings internacionales, o por la danza de millones que se pueden conseguir mediante la transferencia tecnológica que posibilita el desarrollo de investigaciones aplicadas para las grandes empresas y consorcios multinacionales.
Entre tanta cifra, la responsabilidad social de las universidades en relación con la Ciencia y la Tecnología parece ir quedando fuera del debate, ya que al parecer nadie hace rankings de las investigaciones que responden cabalmente a las necesidades de las personas o instituciones como partes interesadas de las universidades, no existen notas periodísticas de las universidades que acogen a las PYMEs que no tienen recursos en incubadoras de negocios y las transforman en empresas competitivas y globalizadas, a nadie le interesa las contribuciones de los científicos sociales al aumento del capital social de una comunidad en conflicto, en fin quizá también sea un problema de los medios de comunicación.
De esta manera, aparece como pilar imprescindible del comportamiento socialmente responsable de las universidades en el ámbito de la investigación científica, un mayor énfasis en materia de tranparencia y rendición de cuentas respecto de lo que estas instituciones hacen en este ámbito con los recursos asignados, cuáles son sus prioridades en cuanto tipos de investigación dentro de sus políticas, multidisciplinariedad de los proyectos de investigación y en general, en qué medida la universidad responde a los problemas y necesidades de investigación de su entorno más cercano. Especialmente consecuentes con estos planteamientos son los trabajos acerca del "modo 2" de la investigación de Gibbons (1997) o los planteamientos de Etzkowitz o Leydesdorff (1994) acerca de la triple hélice de la investigación.
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