miércoles, 27 de octubre de 2010

La Universidad: ¿un servicio público o un bien privado?

El diario El País publica hoy en su edición digital un artículo que reflexiona acerca del debate que se gesta en Europa a partir de la decisión del Reino Unido de subir las tasas que se pagan por las matrículas en las universidades inglesas, analizando comparativamente en el resto de Europa señalando que existe una diversidad de situaciones que van desde la gratuidad total, pasando por modelos mixtos o selectivos como el español que ha decidido cobrar una tasa mayor a los alumnos repetidores.
Esencialmente el debate se concentra en determinar si los beneficios de quien estudia en la universidad tiene un carácter individual y personal para quien obtiene una titulación universitaria, o por el contrario, ofrece beneficios públicos para toda la sociedad.
Al analizar este tema resulta inevitable referirse a los aportes de Howard Bowen respecto a los beneficios públicos y privados, individuales y sociales si se quiere, que surgen del tránsito de una persona por la universidad, desarrollando una matriz de beneficios que por una parte plantea la existencia de beneficios públicos y privados, mientras que por la otra identifica la generación de beneficios económicos y sociales proporcionados por la educación superior. Incluso, recientemente mediante un análisis de discursos hemos revisado los planes estratégicos de algunas universidades para identificar el tipo de beneficios que intentan alcanzar las instituciones de educación superior.
Sin embargo, siempre han existido posiciones intermedias que consideran a la educación superior como un bien mixto o semi público, en cuanto a los beneficios tanto personales como sociales que aporta, y además un bien preferente, es decir aquellos en los que es difícil valorar su beneficios en el largo plazo, mejoran la distribución del bienestar y en los cuales no es deseable la exclusión en cuanto a su consumo.
Así, surge en todo este debate las referencias a los sistemas de financiamiento de la educación superior y los sistemas de becas y ayudas a los estudiantes, especialmente respecto al papel que debe cumplir el Estado en el financiamiento de las universidades y cuanto es lo que deben pagar los estudiantes por sus estudios universitarios.
En mi personal opinión, las universidades deben ser públicas y financiadas por el Estado en consecuencia, donde los estudiantes sólo paguen una tasas mínimas de carácter administrativo pero no el coste de los créditos de cada plan de estudios. Una vez egresados e insertos en el mundo laboral, los profesionales ya titulados deben comenzar a pagar de sus ingresos laborales la financiación recibida en sus años de estudiantes, reajustada a los valores según el IPC.
Una matización importante sería que este mecanismo sólo puede ser aplicable para los créditos o asignaturas cursados en primera oportunidad, los alumnos repetidores deben pagar incrementalmente los costes si deben tomar una asignatura dos o más veces, por lo que el modelo que se aplicará en España me parece en ese sentido acertado.
Otra cuestión es analizar porque los alumnos repiten, especialmente cuando se debe en gran medida al trabajo que puedan realizar los profesores universitarios, respecto de lo cual también debieran plantearse medidas para los profesores con altas tasas de reprobación en sus cursos, lo que en mi personal opinión es un indicador claro de un mal trabajo por su parte.


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jueves, 21 de octubre de 2010

Resultados de la Convocatoria de los Campus de Excelencia Internacional.

De acuerdo con el Ministerio de Educación español, los Campus de Excelencia Internacional (CEI) son "ecosistemas de conocimiento" integrados por agregaciones estratégicas de universidades y otras instituciones tales como empresas y hospitales para favorecer el empleo, la cohesión social y el desarrollo económico territorial.
Bajo este concepto se han dado a conocer el día de hoy la resolución del Comité Internacional encargada para evaluar cada uno de los 49 proyectos presentados para esta segunda convocatoria, determinando que ocho de ellos fueran finalmente seleccionados como CEI, y en los cuales se invertirán casi 32 millones de euros, con el propósito de elevar la calidad y competitividad de las universidades asociadas a cada proyecto, dentro de los objetivos principales de la Estrategia Universidad 2015 a la cual pertenece la iniciativa de los CEI.
Sin embargo, es importante destacar el hecho de que los recursos destinados a estos proyectos no son transferencias sin coste financiero sino créditos, que las universidades o las Comunidades Autónomas a las que pertenezcan tendrán que devolver a partir del tercer año del proyecto, tal y como lo señala hoy El País.
Otro aspecto que se destaca es el hecho de que en esta segunda convocatoria se han ampliado las zonas geográficas que obtuvieron un CEI, dado que en la primera versión de este programa sólo fueron beneficiados proyectos de Madrid y Barcelona, en cambio en esta ocasión también fueron seleccionados proyectos de Andalucía, Valencia y País Vasco, así como un proyecto conjunto de la comunidades de Aragón, Navarra y La Rioja.
Asimismo, se beneficiaron a otros seis proyectos con la calificación de Campus de Excelencia Internacional en el ámbito regional europeo, con lo cual este programa de la Estrategia Universidad 2015 distribuirá un total de 75 millones de euros para un total de 14 proyectos seleccionados en la presente convocatoria 2010.
De esta manera, el desafío de estos CEI es posicionar a la universidad española al nivel de las principales universidades a nivel mundial, e intentar acabar con los malos resultados obtenidos en los últimos años en los diferentes rankings internacionales.
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sábado, 16 de octubre de 2010

V Congreso Universidad y Cooperación al Desarrollo.

En anteriores entradas he planteado que la cooperación universitaria al desarrollo (CUD) es una espacio de posibilidades fundamental y muy necesario para que las universidades expresen allí una parte importante de su responsabilidad social, especialmente en el caso de las instituciones universitarias de los países desarrollados.
Por ejemplo, el Observatorio para la CUD en España señala que los antecedentes de la CUD se relacionan con un conjunto de actividades desarrolladas por las universidades para la transformación social en los países más desfavorecidos, donde la cooperación bilateral o multilateral entre universidades, así como entre y otras instituciones públicas y privadas juega un papel muy relevante.
Además, el mismo OCUD nos señala que durante el año 2009 las universidades españolas aumentaron levemente los recursos destinados por estas instituciones a la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), como una demostración de la importancia que tiene para las universidades los temas relacionados con la cooperación, a pesar de la crisis y los recortes presupuestarios.
En este contexto, me parece relevante ofrecer información respecto de la Quinta versión del Congreso "Universidad y Cooperación al Desarrollo", que se realizará en Cádiz los días 06 al 08 de abril de 2011 organizado por el consorcio de universidades públicas de Andalucía.
El tema principal de esta nueva versión es "La Cooperación Universitaria al Desarrollo ante los retos de un mundo en crisis", estructurando en cuatro grandes ejes o líneas temáticas que darán vida a las acostumbradas comunicaciones, pósters, sesiones plenarias y demás actividades contempladas en el programa del Congreso para esta oportunidad.
Un aspecto muy importante que hay que destacar es que el plazo para enviar propuestas de comunicación o póster expira el próximo día 15 de noviembre de 2010, de acuerdo con el cronograma y las normas que regulan esta actividad.
De esta manera, me parece importante aportar con un granito de arena para incentivar a los interesados tanto en la temática de la CUD como de la RSU para preparar algún tipo de comunicación o póster para participar en este interesante evento. Les dejo este video que encontre en Youtube sobre la cooperación internacional.

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lunes, 11 de octubre de 2010

Dime cuanto publicas y te diré quién eres.

Haciendo una adaptación del refrán popular "dime cuanto publicas y te diré quién eres" puede ser una conclusión general del artículo que publica hoy El País sobre los resultados del ranking internacional de universidades SIR, y que plantea como principal reflexión que si bien las universidades españolas publican en un volumen o cantidad importante, 10º lugar a nivel mundial en cuanto a la producción científica, pero que sin embargo la calidad de esas mismas publicaciones es menos relevante dado que dicha producción sólo ocupa el 21º puesto a la hora de hablar del impacto en cuanto a las citas que reciben dichos trabajos publicados.
En términos generales, las universidades en todo el mundo han encontrado en los rankings internacionales una valiosa herramienta de validación, marketing y catalizador de su calidad frente al resto de las instituciones de educación superior a nivel mundial, con el propósito de establecer una clasificación de las universidades según la calidad de su quehacer académico, existiendo numerosos rankings en la actualidad tales como el de Shanghai o The Times que proporcionan diferentes clasificaciones a nivel mundial y por áreas del conocimiento científico.
Volviendo al tema de las publicaciones, resulta evidente que esa es una de las tareas importantes de un profesor universitario y que se transforma en el fruto de las investigaciones que cada catadrático realiza durante el año y que le permiten enviar artículos a Revistas, ponencias o comunicaciones a Congresos o publicar libros.
De esta manera, este tipo de rankings va colocando "al desnudo" aquellas universidades o áreas del conocimiento científico que son más productivas a la hora de analizar su quehacer, a pesar de que es habitual encontrarse múltiples debates que plantean posturas contrarias a los rankings de las universidades dado a que según su percepción existen aspectos del quehacer universitario que no son susceptibles de cuantificar .
En mi modesta opinión, usando un esquema propuesto hace muchos años por Ortega y Gasset en su libro Misión de la Universidad, estas instituciones tienen dos grandes propósitos: (1) la enseñanza de las profesiones intelectuales; y (2) la investigación científica y la preparación de futuros investigadores.
A partir de esos planteamientos, a mi juicio surgen como indicadores centrales del quehacer universitario dos grandes aspectos: (1) la empleabilidad de su egresados, que entre otros indicadores no solo demostrará la calidad de la formación y la docencia de cada universidad, sino que su capacidad de generar redes para que sus egresados se inserten en el mundo laboral; y (2) la capacidad de crear y transmitir conocimiento a la sociedad, donde nuevamente serán indicadores de ese quehacer las ya mencionadas publicaciones arbitradas en base a la cual se sustentan muchos de los rankings internacionales antes señalados, pero además debiera observarse la capacidad de transferir ese conocimiento a la industria, los Gobiernos y la sociedad local.
Por lo tanto, una universidad de calidad es aquella que logra que sus egresados se inserten en el mundo laboral dentro de plazos de tiempo breves, y produce y comunica nuevo conocimiento a la sociedad, lo que dicen los rankings solo recogen en forma parcial este último aspecto.
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miércoles, 6 de octubre de 2010

Segundas Jornadas sobre responsabilidad social en la Universidad de Valladolid.



Durante los dos últimos años la Universidad de Valladolid, a través del Secretariado de Asuntos Sociales, ha desarrollado un interesante trabajo prospectivo y de difusión de la temática de responsabilidad social universitaria, incluyendo la realización de un diagnóstico dirigido a los estudiantes y profesores relacionado con diferentes aspectos de este concepto, así como el apoyo de proyectos de investigación y becas para prácticas de los estudiantes en responsabilidad social.
En ese contexto, durante los días 23 y 24 de noviembre de 2010 se realizarán en Valladolid las Segundas Jornadas de Responsabilidad Social, con el financiamiento de la Obra Social de Caja de Burgos. El programa de la actividad está disponible aquí.
Para esta nueva versión de las Jornadas se ha seleccionado la temática de aprendizaje-servicio y voluntariado en el marco de la responsabilidad social de las universidades, con el propósito de identificar las buenas prácticas y facilitar el intercambio de experiencias relativos a estos temas.
La amplia gama de destinatorios a los cuales está dirigida esta actividad, así como su inscripción gratuita se transforman en un aliciente más que importante para motivarse a participar en las jornadas.
En cuanto al programa, se contempla la presentación de seis ponencias de destacados investigadores del ámbito español, entre los que destaca Nicolas Castellanos Franco, Premio Príncipe de Asturias de la Concordia.
Asimismo, durante las jornadas se desarrollarán dos mesas redondas donde los responsables universitarios de las temáticas ejes de las jornadas debatirán sobre los alcances de la responsabilidad social en la cultura de solidaridad y el diseño de los currículos en el marco del EEES.
Por último, estas segundas jornadas ofrecerán la interesantísima oportunidad de desarrollar dos mesas de experiencias, una de ellas integrada por diferentes entidades del tercer sector para intercambiar puntos de vistas sobre las buenas prácticas de voluntariado.
De esta manera, queda extendida la invitación a participar de esta actividad para quienes les interese tanto la temática de responsabilidad social universitaria, como de manera más específica los aspectos relativos al voluntariado y el aprendizaje-servicio, para que se acerquen a Valladolid a fines de Noviembre.
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domingo, 3 de octubre de 2010

La universidad española al borde del abismo.

La crisis económica parece haber encontrado en España a su hija predilecta y se resiste a abandonarla en su extendida agonía, causada quizá sólo en parte por sus efectos, que encontraron el caldo de cultivo perfecto en un país que vivía en una burbuja, no sólo inmobiliaria, sino que también política, social y por supuesto económica.
Así las cosas, los esfuerzos por estabilizar las cuentas públicas han llevado al Gobierno de Zapatero a iniciar un fuerte plan de ajustes, popularme conocido como tijeretazo, que busca recortar el gasto público en casi todos los sectores, presionado por el Gobierno de la Unión Europea y por los informes de organismos internacionales que señalaban a este proceso como la única opción para rescatar al país de su crítica situación.
En ese contexto, las universidades no han escapado de los recortes y hoy El País dedica dos artículos para describir como el sistema universitario español se hunde cada vez más, agobiado por la implementación del Plan Bolonia, así como por la creciente diferencia de competitividad entre las universidades españolas y las del resto del planeta.
En una de las editoriales se analiza la errática asignación de los campus de excelencia, una de las medidas consideradas en la Estrategia Universidad 2015, diseñada con el propósito principal de aumentar la competitividad de la universidad española frente al resto de instituciones de educación superior a nivel mundial, y para lo cual dicha estrategia pretendía seleccionar unas pocas universidades e invertir en ellas recursos para elevar su nivel y mejorar los resultados obtenidos en los diferentes rankings internacioales, que año tras año ubican a las universidades de España en lugares sumamente relegados.
A juicio de dicha editorial, dos son las medidas que permitirían mejorar la competitividad de las universidades españolas: (1) aumentar el gasto en educación superior, ubicándolo al mismo nivel que el resto de universidades del continente; y (2) Mayor eficiencia en el gasto de los fondos públicos asignados, para responder de mejor manera a las demandas sociales.
Lamentablemente, en un segundo artículo el mismo periódico describe con especial detalle la universidad anda sin oxígeno, para señalar como el Ministerio de Educación será incapaz justamente de dar cumplimiento a la primera de las medidas señaladas anteriormente: no podrá aportar los 2.400 millones de euros que son necesarios para acercarse al nivel de las universidades de los países más avanzados.
El reportaje describe los continuos y crecientes recortes presupuestarios que sufren las universidades españolas desde el año 2006, tanto desde el Ministerio, como especialmente desde las Comunidades Autónomas de quienes proviene la ayor parte del presupuesto.
Por el contrario, las universidades y sus equipos rectorales se encuentran sumidas en la preparación de planes de austeridad presupuestaria, postergación de inversiones en infraestructura, recortes de personal de todo tipo, y sin embargo no se ha efectuado uno de los ajustes más reclamados por el Ministerio de Educación: la racionalización de la oferta de carreras. Lo más preocupante, es que la principal razón para no realizar este ajuste clave alude fundamentalmente a que "en el Gobierno de las universidades pesa mucho más la satisfacción de los intereses internos que la atención a las necesidades de la sociedad".
Lamentablemente, los primeros resultados de la investigación que actualmente desarrollo en relación con mi tesis doctoral, que tiene por propósito analizar la relación de la universidad con la sociedad desde la perspectiva de la responsabilidad social universitaria, apuntan a una situación similar, dado que los discursos de los sindicatos, asociaciones de vecinos, asociaciones de profesionales, ONGs, Administraciones Públicas e Institutos de Educación Secundaria que he entrevistado hasta la fecha confirman esta situación, señalando entre otras cuestiones que la universidad está de espaldas a la sociedad, que la universidad como institución no se muestra interesada por las necesidades de la sociedad, y que la universidad considera no tiene otra responsabilidad social que la de entregar los títulos profesionales a las personas que lo requieren, mediante procesos de enseñanza excesivamente teóricos.
A mi juicio, la incógnita no es saber cuando las universidades accederán a implementar estos cambios, sino hasta cuando la sociedad les mantendrá el estatus de una institución importante y necesaria para la sociedad, pero que a su vez no demuestra un interés y compromiso real por satisfacer las demandas de esa sociedad, privilegiando por contrario los intereses internos de los grupos de poder enquistados en las universidades.
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