viernes, 21 de septiembre de 2012

Aplicaciones de la responsabilidad social en la Nueva Gestión Pública.

Por Sebastián Acevedo Muñoz
Lic. en Cs. de la Administración 
Universidad de Antofagasta

En el marco de la situación actual de la sociedad, por lo general, nos hacemos la pregunta sobre cómo mejorar los niveles de vida de las personas sin perder de vista los elementos de la democracia y el desarrollo sostenible. Para dar respuesta a esto, se incorporan nuevos elementos a la gestión pública del Estado, tal y como se ha visto en nuestro país en la medida que se ha implementado como doctrina la modernización del Estado. Ahora bien, este pensamiento involucra que no sólo el Estado es quien se debe ocupar de formular y ejecutar políticas públicas, sino que también se incorporan otros actores como las empresas u organizaciones que están dentro de la sociedad.
Lo que busca en definitiva es reunir a la sociedad y también ser responsable en la cooperación entre el Estado, la sociedad civil. 
Es Entonces que, se examina cómo se pueden concatenar ambos elementos de gestión, visualizando cuales son las mejoras que tiene la responsabilidad social y cómo éstas pueden complementar a las propias características de la nueva gestión pública, siempre considerando que el fin último es responder a las exigencias que demuestra la sociedad civil. 

La Nueva Gestión Pública (NGP) ¿un único concepto? 
La NGP ha pasado a ser casi un sinónimo de la modernización del sector público, dado a que de alguna forma conduce a que los gobiernos se vuelvan mayormente productivos, eficientes y entreguen políticas públicas de mayor calidad. No obstante, más allá de que sea una discusión a nivel técnico, también configura subsistemas sobre decisiones políticas sobre cómo adoptar ésta modalidad de gestión privada, incorporar las nuevas tecnologías y formas de organización, toma de decisiones e incremento de la productividad. En general no todos podemos entender la nueva gestión pública como un elemento único, dado a que es un sistema abierto y complejo que goza de una serie de interacciones a nivel interno y externo, es por esto, que para algunos puede ser un sistema de descentralización e innovación de instrumentos de gestión y, para otros, un modelo que busca privatizar las actividades gubernamentales. 
Sin embargo, podemos indicar que existen algunas convergencias con respecto a ésta conceptualización cuando observamos la responsabilidad social. La NGP se desarrolla a partir de elementos de desregulación, reforma o reinvención de los modelos gubernamentales, la ética pública y la participación ciudadana entre otros. Por consiguiente, el concebir el concepto como un elemento abierto, permite que el Estado sea capaz de responder a los requerimientos de la sociedad civil, siempre y cuando, busque modernizar la gestión pública incluyendo elementos de competencia ligados a la responsabilidad social, pero como lo indicamos anteriormente, no requiere solamente de una reforma, restructuración, reinvención de lo técnico, sino que también de los procesos democráticos y sobretodo del área política. 

La Gestión Pública de la responsabilidad social. 
La gestión de la responsabilidad, en el sentido figurado, refiere a cual es el proceso de preparación para recibir la temática de la responsabilidad social en el ámbito público. En este contexto, es requerido que los gobiernos coordinen su actuar no sólo con las instituciones del estado, sino que también con las instituciones que aplican la responsabilidad social, es decir, aprender del sector privado y rescatar los elementos aplicables al sector público. Con ello, se permite generar un entorno cooperativo y asesor que disminuye las barreras normativas incluyendo más actores, enfoques y modalidades de gestión. 
Ahora bien, la gestión pública se acerca a la responsabilidad social en el momento de que visualiza los beneficios que obtiene y cuales son los avances o retrocesos que son asumidos. Por ejemplo, el tránsito de ciudadano a cliente puede es un elemento conceptual de mucha fuerza, dado a que la brecha es amplia cuando se trata de satisfacción de la demanda real. 
Recordemos que la nueva gestión pública busca incorporar elementos de la globalización y el entorno, no obstante, no es sólo incorporarlos, sino que también mantener un registro actualizado de lo que pasa afuera, para así ir disminuyendo, en lo posible; o manteniendo la brecha entre la oferta y demanda. 

La responsabilidad social como algo asimilado, pero no conocido. 
Es posible fácilmente hacerse la pregunta acerca de si algún servicio público cualquiera es socialmente responsable, de hecho, si hacemos el ejercicio directo de consultar acerca de la responsabilidad social dentro de una institución pública, es muy probable que nos indiquen que por ser público tiene incluida la responsabilidad social, sin embargo, no es tan así. 
Como indica el título, la responsabilidad social es algo asimilado y que a simple vista parece un concepto acotado; “Ser responsable con la sociedad”. Sin perjuicio de ese reconocimiento, el concepto de responsabilidad social es mucho más amplio. 
En resumidas cuentas, para que se conozca realmente lo que es la Responsabilidad Social, se deben conocer elementos básicos como: Es un proceso voluntario que no está literalmente regulado por ley, que se relaciona con el entorno para adquirir nuevas corrientes, manteniendo elementos de ética, desarrollo sostenible y rendición de cuentas a los stakeholders. 

¿Cómo pavimentar el camino para que la responsabilidad social transite hacia la NGP? 
Para esto, el ejercicio es identificar cuales son los elementos de la responsabilidad social que son aplicables a la nueva gestión pública mediante un camino a recorrer. 
En primer lugar, lo principal es educar a la población, funcionarios y todos los stakeholders acerca de lo que realmente es ser socialmente responsable, creando una cultura de exigencia mutua entre las empresas, la sociedad, las instituciones públicas y los estados a través de los gobiernos. Naturalmente la responsabilidad social conlleva la participación de todas las partes interesadas, por lo tanto la nueva gestión pública debe asumir esa característica participativa, animando a colaborar. 
La responsabilidad social es una herramienta potente para el desarrollo de la sociedad. De la misma forma que las empresas, la gestión pública debe considerar la responsabilidad social como una herramienta privilegiada para su propio modelo de gestión, siendo más sostenible económicamente y de forma interna; contribuyendo a sus propios trabajadores, ciudadanos, medioambiente, entre otros. 
Es importante considerar que para generar un camino, se tiene un modelo que permite que cualquier organización gestionar, a través de nuevos elementos, una contribución a la sostenibilidad. A pesar de que la inclusión de la responsabilidad social a la NGP es una materia relativamente reciente, no debe quedarse solamente en lo teórico, sino que también en su aplicación práctica, tal y como es realizado a través de fundaciones u organizaciones privadas. El interés por complementar los dos modelos, ofrece no sólo cooperación externa de las empresas privadas, sino que también el conocimiento de herramientas para aplicar la responsabilidad social que también contiene un propio modelo de gestión flexible. 

Elementos vinculantes entre la NGP y la responsabilidad social. 
Entre los aspectos operativos determinados del modelo de responsabilidad social, consideramos principalmente los stakeholders, en donde se identifica principalmente quienes son, donde están, cual es su interés real y como responder en forma directa a sus demandas. Por otra parte, se le debe rendir cuentas a aquellos stakeholders, es decir, proveer de transparencia sobre los actos que se realizan independientemente de que éstos sean por el reconocimiento de un éxito o de un error. Además de ello, cuando se responde a las demandas deben medir los impactos que crean en forma interna y en el entorno y como afecta a todas las partes interesadas. Finalmente se considera que la responsabilidad social es para mantener un desarrollo para la actualidad y que permanezca en el tiempo, es decir, que sea sostenible. 
Con ello, podemos definir cuáles son los elementos vinculantes entre ambos temas. Como ya lo hemos repetido en diversas oportunidades, es necesario de que los miembros de la organización conozcan cuales son los principios legales, normativos y los propios de la organización, asegurando que se cumplan. Otro elemento que también destaca Rodrigo Moraga (1999:126), es que se definan y establezcan cuales son los posibles conflictos de interés. Esto último es trascendental para mantener la rendición de cuentas en forma vigente en cuanto a las funciones o actividades que se realizan. En general lo que se busca es promover a la participación de todas las personas que forman parte de la unidad a conocer la responsabilidad social y hacerla parte de su misión institucional. 
Otro elemento fundamental de la responsabilidad social es la incorporación de la ética funcionaria, en donde algunos países han adoptado ésta modalidad para fortalecer la transparencia, en Chile ejemplos como el Servicio Civil y las Buenas prácticas laborales, entregan un plan de acción que esta asociado a la accountability con los stakeholders, fortaleciendo el comportamiento socialmente responsable. 
De la forma expuesta, el generar conciencia sobre la responsabilidad social, remite a que la gestión también se concentre en gestionar los impactos generados en la sociedad. En este sentido, la identificación de las partes interesadas es vital, ya que son los principales actores que interactúan con las instituciones públicas, dependiendo siempre de los resultados que se obtengan, los cuales no van a ser los mismos en todas las organizaciones, dado a que también existen diversos tipos de stakeholders. Cuando se identifica a los actores en cuestión, las instituciones pueden crear un concepto general que sirven de base para crear políticas públicas negociadas con la parte que demanda. 
Concluyendo, determinamos también que la responsabilidad social aporta a la NGP en la medida de que las instituciones, en su ámbito interno, se relacionan con su propia organización, entregando oportunidades para el desarrollo de personas y la mantención de la sostenibilidad. 
En general, todos los aportes directos o indirectos de la responsabilidad social a la NGP, se asocian a mejorar la eficiencia de la gestión, permitiendo la incorporación de nuevos elementos que otorgan mayor derecho a las partes interesadas, respetando las minorías, disminuyendo los daños y la discriminación y el desarrollo de una gestión por la diversidad temática. 
Es tarea de todos y no solo del gobierno gestor, que la responsabilidad social sea conocida por la mayoría, determinando cuales son los derechos y “obligaciones”, considerando la voluntariedad; que deben aportar cada uno de los stakeholders. Como lo sabemos, ningún modelo único es sostenible en el tiempo, sin embargo si éste se va modernizando y acoplando a las nuevas características que requiere el entorno, complementándose con otros, es probable que sea la fórmula del éxito para ahora y para el futuro.
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viernes, 14 de septiembre de 2012

El estado del arte de la responsabilidad social en el sector de las organizaciones educativas (IARSE)

El Instituto Argentino de Responsabilidad Social Empresarial (IARSE) ha publicado recientemente en el número del mes de septiembre de su publicación EVOLUCIÓN un monográfico dedicado a la responsabilidad social universitario, con artículos y puntos de vista de diferentes experiencias latinoamericanas.
Así por ejemplo, es posible acceder en dicho monográfico a varias columnas internacionales como por ejemplo de François Valleys, quien destaca en su columna que la RSU está relacionada al igual que la RSE con la gestión de impactos, que en el caso universitario se agrupan en dos: organizacionales y académicos. Además, destaca el hecho de que mediante la innovación social las universidades tienen una gran ventaja sobre las empresas para generar iniciativas relacionadas con el comportamiento socialmente responsable.
En cambio, Francisco Javier Villar pone el énfasis en la medición de la responsabilidad social en las universidades en un contexto donde la demostración del comportamiento socialmente responsable es un elemento clave, especialmente relacionados con procesos de transparencia y rendición de cuentas.
Finalmente, destacar la experiencia que transmite Vania Roca para el caso boliviano identificando cuatro pasos para implementar el modelo RSU:

  1. Convencer y comprometer a la comunidad universitaria sobre la importancia de la RSU.
  2. Realizar un diagnóstico participativo.
  3. Alcanzar congruencia institucional entre lo que se hace y se declara.
  4. Transparencia y mejora continua.
Para acceder a todos los artículos del número pinchar aquí.
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