Durante esta semana se ha realizado en Guadalajara, México este Segundo Encuentro de los Rectores de las universidades iberoamericanas, al que han asistido más de mil representantes con el propósito de analizar la creación de un espacio común del conocimiento socialmente responsable, y que según cuentan los diarios El País y ABC ha dejado algunos resultados de importancia.
Según El País, el principal acuerdo del Encuentro ha sido la creación de un Espacio Iberoamericano de Educación Superior muy similar al que actualmente se desarrolla en Europa, una especie de Bolonia Trasatlántico, con el propósito de fomentar la movilidad de profesores y alumnos entre las universidades participantes de este espacio, algo que a juicio del periódico se observa como un proceso lento y difícil, a lo que me atrevería a agregar como muy improbable dado el nivel de recursos económicos que se necesita inyectar a un proyecto como este, especialmente en Latinoamérica donde la Educación Superior muestra cada vez más fuertes signos de privatización que una participación decidida del Estado en cuanto al financiamiento universitario.
En cambio, según ABC el principal resultado del Encuentro ha sido el lanzamiento de dos programas de becas para 18000 iberoamericanos entre estudiantes e investigadores, uno para movilidad de 15000 estudiantes y el otro para apoyar el proceso de formación de jóvenes investigadores, programas que buscan instaurar una especie de Erasmus iberoamericano al estilo del Programa de Movilidad Erasmus desarrollado en Europa.
Para el desarrollo de dicho Programa, el Presidente del Banco Santander y organizador de este Encuentro Sr. Emilo Botín ha comprometido de parte de su institución 600 millones de euros que serán decidios por el consorcio Universia en cuanto los procesos de asignación de las becas.
El próximo Encuentro se realizará en Brasil en el año 2015, quiquenio que se transformará en el período que se tendrá para poner a prueba la factibilidad de los acuerdos tomados en este Segundo Encuentro en México, y considerando que el proceso del EEES ha tomado el doble de tiempo para su implementación en Europa desde la Declaración de Bolonia en 1999, y aún no está del todo operativo y algunos países registran importantes retrasos o problemas para financiar su implementación, los plazos pactados para el proceso Iberoamericano parecieran a lo menos excesivamente ambiciosos, el tiempo dictará sentencia.
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