jueves, 3 de diciembre de 2009

Universidades virtuales y postmodernidad académica.

Internet ha estado en el ojo del huracán esta semana en España, ayer se difundía por la red un Manifiesto para defender los derechos fundamentales de los usuarios frente al proyecto de ley de economía sostenible de Zapatero, que entre otras cuestiones plantea limitar las descargas de la red para defender los derechos de propiedad intelectual. En general, esto es una muestra más de que las actuales y más importantes instituciones sociales como el Estado, no se están adaptando adecuadamente a las demandas y necesidades de la sociedad actual, que no es ni remotamente la misma que hace un par de décadas atrás, y como dice algún genio genial por allí: "sociedad del siglo XXI, Instituciones Sociales del siglo XIX.
Y tratándose de cambios sociales de envergadura, existen cuestiones que parecen inevitables por más que se les posterguen, sobretodo si se trata de los efectos de la postmodernidad en la sociedad, o si se prefiere en la sociedad postindustrial. Uno de esos efectos tiene relación con el uso intensivo de la Internet y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTIC) en la mayoría de las actividades humanas, entre ellas la formación universitaria y técnico-profesional.
Las Universidades virtuales, aquellas que sustentan sus procesos de enseñanza-aprendizaje fundamentalmente en las metodologías del e-learning no son mayoritarias a nivel mundial, como señala hoy el diario El País, sin embargo es posible afirmar que se trata de un fenómeno creciente y que se masifica a nivel mundial en todas las Regiones, como lo plantea este informe de la situación en América Latina.
Bajo esta modalidad, millones de personas pueden acceder a la formación profesional desde cualquier punto del planeta, siendo especialmente importante para las empresas que pueden capacitar y perfeccionar a sus trabajadores en sus puestos de trabajos, sin tener que abandonar físicamente su lugar de trabajo.
El debate se abre respecto de cuales son las áreas profesionales que pueden ser virtualizadas en cuanto a sus procesos de formación, siendo complejo imaginarse como se podrá enseñar a un odontólogo a extraer la muela del juicio por Internet, por muy bueno y didáctico que sea el video que hayan colgado en el portal de la universidad virtual. Surgen así nuevamente los efectos de la guerra de las ciencias de las que hemos hablado en otras entradas, expresada en el desarrollo de ciertos sectores o nichos en los cuales probablemente se abusará de la utilización de estas modalidades de formación virtual como puede ser el caso de las ciencias sociales y humanidades.
Inmediatamente afloran los cuestinamientos respecto de la importancia de formar a los profesores por ejemplo mediante un proceso a distancia o e-learning al 100%, situaciones que actualmente se dan en algunos países como Chile por ejemplo, donde existen universidades que en cuatro años y a través de Internet están formando docentes sin mayores inconvenientes, pero en donde se abren muchísimas dudas respecto de la calidad que puedan aportar estos "profesionales" a la formación de los niños.
Resulta evidente que el tránsito de las universidades hacia el e-learning es inevitable, como también probablemente lo sea respecto de la masificación de las universidades virtuales, y si bien es cierto el uso de las TIC y la Internet es un acierto y un gran apoyo a la formación de los profesionales, otra cosa muy distinta resulta al plantear que dicha formación sea 100% virtual, como pareciera ser comienza a plantearse como tendencia.


1 comentario:

Miguel dijo...

Esta vez te contesto con un post.

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