viernes, 29 de abril de 2011

La responsabilidad social universitaria como desafío para la gestión estratégica de la Educación Superior: el caso de España.

En el sitio web de la Revista de Educación del Ministerio de Educación y Ciencia de España se encuentra disponible el monográfico denominado "La gestión estratégica de la Educación Superior: retos y oportunidades", en el cual he publicado un artículo que analiza a la responsabilidad social como un importante desafío de la gestión estratégica de la Educación Superior, en el que se propone un esquema para clasificar las diferentes formas de expresiones que tiene el concepto de RSU tanto en la literatura como en algunos ejemplos concretos de proyectos vinculados con dicha temática que actualmente desarrollan algunas universidades españolas.
En dicho artículo, identificamos tres grandes enfoques o perspectivas que asume el concepto de RSU:
1. Gerencial o directiva: Estas posturas se preocupan por analizar el impacto del quehacer universitario en la sociedad, sobretodo mediante la rendición de cuentas de sus acciones y decisiones hacia sus stakeholders.
2. Transformacional: Se orientan a revisar la contribución del quehacer universitario al necesario debate y reflexión para alcanzar una sociedad más sustentable y justa.
3. Normativa: Desarrollo de marcos valóricos desde la universidad como un eje normativo para hacer lo correcto en la vida en sociedad, mediante el establecimiento de redes universitarias nacionales o globales en torno a la responsabilidad social.
Un aspecto que resulta interesante es analizar la presencia del concepto de RSU como discurso dentro de los planes estratégicos de las universidades españolas, lo que se concentra fundamentalmente a nivel de valores institucionales y ejes estratégicos, pero es baja en cuanto a la redacción de la Misión y Visión de cada universidad.


La heterogeneidad y multiplicidad de concepciones de RSU hacen imprescindible la emergencia de planteamientos teóricos que faciliten una mejor comprensión y aplicación de este concepto a la gestión universitaria, convirtiéndose en una tarea fundamental e ineludible para los investigadores de esta temática en el muy corto plazo.
La identificación de diferentes perspectivas de RSU permite a las universidades diseñar adecuadamente las políticas y estrategias relacionadas con esta materia, que en el caso específico de las universidades españolas puede transformarse en un apoyo importante para responder correctamente a los desafíos y exigencias que la Estrategia Universidad 2015 les plantea, en cuanto a su comportamiento socialmente responsable como eje o lineamiento estratégico.
Los tres enfoques o perspectivas de RSU identificados en este artículo, plantean la importancia que tienen en este concepto los principios de transparencia y participación como orientaciones centrales de las estrategias y buenas prácticas que se deben desarrollar en esta materia.
Lo anterior es relevante porque las universidades pueden “caer en la tentación” de simplificar al máximo la expresión de su comportamiento socialmente responsable, desarrollando una perspectiva más bien instrumental del mismo debido a su fuerte dependencia económica externa, pero que no obedecería a la existencia de una cultura institucional de RSU, sustentándolo mayoritariamente en actividades relacionadas con el marketing o la rendición de cuentas en pos de una certificación externa, repitiendo el error habitual de un sinnúmero de empresas en el ámbito de la RSC.
Asimismo, las acciones y estrategias de RSU desarrolladas en España muestran una especial orientación hacia la elaboración de memorias con base en la metodología GRI, con el propósito de rendir cuentas a la sociedad de sus actividades de docencia, investigación y gestión universitaria, accountability que no necesariamente responde a acciones estrictamente vinculadas a la RSU, dado que habitualmente se trata de una exposición de cifras y datos numéricos propios del esquema de triple cuenta de resultados utilizado por las empresas.
Respecto de lo anterior, surge un desafío importante para desarrollar metodologías de rendición de cuentas más acordes con el quehacer universitario, dado que si bien el GRI es una metodología genérica susceptible de adaptar a cualquier organización, probablemente la perspectiva del triple bottom line (social, económica y medioambiental) no abarque adecuadamente todos los ámbitos del trabajo de las universidades en un contexto de RSU.
Finalmente, la existencia de experiencias de integración de las universidades españolas a redes nacionales o internacionales en torno a la RSU, demuestran una especial sintonía con los requerimientos de la Estrategia Universidad 2015 respecto de los proyectos de Campus de Excelencia Internacional, en cuanto a la configuración de consorcios-clúster de universidades e instituciones que se asocian para desarrollar acciones conjuntas de RSU.
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martes, 19 de abril de 2011

La responsabilidad social de la universidad a debate.

Actualmente no existe una definición única y aglutinadora del concepto de responsabilidad social universitaria, repitiéndose en cierta medida lo que sucede en la aplicación de este concepto a las empresas, existiendo diferentes definiciones en la literatura relativa a esta temática que orientan este concepto hacia elementos o aspectos disímiles, orientaciones en las cuales realizan algún énfasis especial acerca de la RSU, pero sobretodo intentan replicar casi con exactitud el modelo de responsabilidad social desarrollado para las empresas.
En relación con esta última cuestión, De la Cruz & Sasia (2008:23) advierten de los riesgos que implica forzar la aplicación de la responsabilidad social empresarial en las universidades: “la propia responsabilidad queda sometida al criterio de la utilidad y esta es una medida a la que es difícil ponerle un límite preciso en una institución universitaria […] entendida en este caso en términos estrictamente económicos, donde lo útil se identifica con lo económicamente rentable”, por lo que para estos autores la responsabilidad de la universidad se vincula con el poder de interacción y participación del quehacer universitario con las necesidades sociales en cuanto a reflexión ética que pueden aportar las universidades.
Así por ejemplo, Casani & Pérez (2009) ubican a la responsabilidad social como expresión de la “tercera misión” de las universidades, que relacionan al comportamiento socialmente responsable de estas instituciones con aspectos sociales, económicos, medioambientales, geográficos, políticos y de acción solidaria, aplicada como modelo o sistema de gobierno y gestión de las universidades que permita dar cuentas a las diferentes partes interesadas en el quehacer universitario sobre los impactos que las instituciones de educación superior tienen en la sociedad.
De acuerdo con Bowen (1984) los departamentos o escuelas universitarias en el marco del concepto de la responsabilidad social poseen dos grandes compromisos: uno técnico y otro moral. La responsabilidad técnica se traduce en proporcionar profesionales técnicamente competentes a la sociedad, bien entrenados, auto-disciplinados y con un claro interés por seguir aumentando su aprendizaje a lo largo de su vida. En cambio, la responsabilidad moral describe la formación de una persona con conocimientos y una cultura extendida, capaces de asumir el liderazgo de la sociedad ejerciendo una influencia constructiva en la comunidad y en la vida cívica.
No obstante, Van Ginkel (2002) plantea que como consecuencia de la aplicación del concepto de responsabilidad social en las instituciones de investigación científica y educación superior en el siglo XXI, es necesario que se revisen los currículos y materiales de aprendizaje en términos de formar ciudadanos globalizados orientados al desarrollo sostenible. En este sentido, planteamientos teóricos previos acerca de la universidad sustentable como los de van Weenen (2000), se transforman en un importante soporte teórico para orientar a las instituciones de educación superior hacia estos temas, reconociendo al desarrollo sostenible como uno de los mayores desafíos para las universidades en el presente siglo.
De esta manera, según Arana et al (2008:219) la responsabilidad social universitaria debe ser entendida como “el compromiso que tiene la institución de difundir y poner en práctica un conjunto de conocimientos y valores en la formación profesional, en los procesos de investigación, innovación y proyección social, funciones que deben estar enfocadas a la solución de problemas sociales”. Sin duda que el debate continúa abierto a la espera de nuevas aportaciones que permitan en la medida de lo posible alcanzar un mayor esclarecimiento del concepto de responsabilidad social aplicado a las universidades.

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